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Luis Guillermo Cardona rating:
9
Language of the review:
  • es
December 18, 2019
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Los directores de cine son, en cierto aspecto, como las mujeres: Algunos comienzas a conocerlos y te caen un poco mal… pero, cuando los conoces más ampliamente, ¡ya no los soportas ni de lejos! Otros, te son indiferentes desde que los conoces… y así seguirán definitivamente. Y unos cuantos, ¡ah!, los conoces y te agradan de inmediato… y a medida que avanzas en su obra cinematográfica, llegas a amarlos irremediablemente y ¡para siempre!

En este apreciado grupo tengo ya a, Claude Autant-Lara, un cineasta coherente, dispuesto a experimentar en los diferentes géneros a todo riesgo; con una actitud crítica frente a la sociedad que le tocó vivir, planteada con sobriedad y con mucho tacto; hábil en la dirección de actores y en las puestas en escena… y con un amplio historial fílmico que te hace querer ver una… y otra… y otra de sus películas. Como cualquier director, Autant-Lara, también tiene unos puntos más altos que otros, pero, seguirle la huella es realmente agradable: estamos ante un director de esos que nos recuerdan que el cine es un Arte.

Conocía, desde hace algún tiempo, los terribles hechos que inspiraron, <<EL ALBERGUE ROJO>>, y cuando decidí ver la película, estaba preparado para enfrentarme a la escabrosa y terrible historia de Pierre y Marie Martin, asesinos en serie que -con un empleado y un sobrino- fueran descubiertos en su Albergue de Peyrebeille (Lanace, Ardèche), Francia, tras casi 26 años de fechorías (1805-1831), entre las que dejaron una increíble lista de no menos de 50 víctimas mortales (el filme refiere 102), muchas de ellas violadas y la mayoría robadas. Pero, grata sorpresa nos hemos llevado cuando, al ver el filme de Autant-Lara, lo que encontramos fue una regocijante comedia de humor negro, donde se pone en gris a ciertos estratos sociales y a ciertas instituciones, pero todo contado con el más fino y tolerante humor, de tal manera que, al salir de la sala, se siente más regocijo que pesadumbre. De hecho, la apertura y el cierre (con una última escena impecable), incluyen la canción, “La Complaite”, en la grata voz de Ives Montand.

El guion de Jean Aurenche, Pierre Bost y el propio director, abunda en situaciones muy bien plantadas, y un estupendo reparto encabezado por Fernandel (el monje que ha de jugar a ser el ángel salvador); secundado por Francoise Rosay (Marie Martin), la mujer a la que sus muchos crímenes no la han alejado de Dios; Julien Carette (Pierre Martin), el marido que ve brillar las joyas y se le ennegrece el alma… y entre otros, Marie-Claire Olivia, como Mathilde Martin, la chica “buena” decidida a encontrar el amor, confluyen en una película que sigue conservando intacta su frescura, pues, lo que allí pasa, y de maneras no tan distintas, todavía sucede en el mundo de hoy.

Y nunca lo olviden porque es una verdad indefectible:

“Solo aquellos que obedecen a la llamada de la virtud, recibirán la bondad de Dios”
Luis Guillermo Cardona
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