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Luis Guillermo Cardona rating:
8
Language of the review:
  • es
March 15, 2012
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“Fe, esperanza y amor, son las cosas que los hombres no perderemos jamás. Fe en que la vida será mejor. Esperanza en que tendremos la fortaleza necesaria, y en que sino la tenemos, los hijos y nietos ayudarán. Y amor, no sólo por nuestra tierra, sino por toda la nación”.

Estas palabras del anciano Fiodor, resumen de buena manera los sentimientos con los que actúa y se desplaza por la vida la gente de aquella aldea rusa que, con alegría, solidaridad y perseverancia, lucha constantemente y bendice cada día, pues, cada mañana trae para ellos camaradería, trabajo seguro, unión familiar, nuevas expectativas, cantos salidos del alma, una que otra decepción o frustración amorosa… y alguna calamidad de aquellas inevitables.

Andrei Konchalovsky rinde honor a su tierra, hace un incondicional y optimista encomio de la gente campesina y descubre la felicidad que suele darse entre aquellos que sin duda carecen de muchas cosas, pero que cuentan con esos efluvios interiores que hacen la vida llevadera y a ratos bastante amable.

Pareciera que el nuevo régimen todavía no se ha acordado de ellos y todo sigue como si vivieran en la tierra que el tiempo olvidó, pero ellos aún aman a su país, valoran a sus líderes, y todavía conservan la esperanza de que vendrán tiempos mejores, mientras siguen luchando por la sobrevivencia con el beneficio de la unidad y del respeto entre sus propios semejantes.

Entremezclando a actores profesionales con campesinos y obreros de aquella aldea, Konchalovsky consigue un filme de tintes documentales donde, el asunto dramático, es la vida de una atractiva joven llamada Asia Klyachinoy quien se encuentra en embarazo, y aunque presenta una malformación congénita en una de sus piernas, sigue siendo apetecida por los hombres, y uno de ellos ansía casarse con ella dispuesto a asumir a la criatura que, el verdadero padre, no parece querer reconocer.

Cuando estaba lista para su exhibición, “LA FELICIDAD DE ASIA” fue rechazada por el gobierno soviético por considerar que no daba cuenta de los progresos alcanzados por el nuevo régimen, y el filme sólo pudo restaurarse y exhibirse veinte años después (1987), momento en el que fue presentado en el Festival Nacional de Cine de la URSS, donde se alzó con el primer premio.
Luis Guillermo Cardona
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