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Natxo Borràs rating:
6
Drama In 1865, as the American Civil War winds inexorably toward conclusion, U.S. president Abraham Lincoln endeavors to achieve passage of the landmark constitutional amendment which will forever ban slavery from the United States. However, his task is a race against time, for peace may come at any time, and if it comes before the amendment is passed, the returning southern states will stop it before it can become law. Lincoln must, by ... [+]
Language of the review:
  • es
February 23, 2013
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Todos los grandes directores quieren realizar su gran película. Y Steven Spielberg no es menos. Ha sacrificado su carrera con taquilleros largometrajes que le han otorgado popularidad (Tiburón; E.T) con la rúbrica de su firma (si es “de Spielberg” es buena) y sin contar su extendida faceta de productor. Posteriormente la factoría Dreamworks, que creó hace casi veinte años, le ha sido el perfecto comodín para que otros directores como Gore Verbinski (Un Ratoncito Duro de Roer), Neil Jordan (Dentro de mis Sueños) o incluso Sam Mendes (American Beauty) rodaran sus respectivas películas con más o menos irregularidad. Aunque en buena parte la animación ha reinado esa pequeña fábrica de sueños que ha reportado cintas tan entretenidas y familiares como “Hormigaz” (Antz, 1999) de Eric Darnell o “Shrek” (2001) de Andrew Adamson. Y el sello Dreamworks le ha valido para consolidarse como un director más “serio” y madurado en otros proyectos menores que no justificaban su derroche en un vasto presupuesto y un sentido de la épica ascendente. Desde “Salvar al Soldado Ryan” (Saving Private Ryan, 1998) pasando por “La Terminal” (2004), “Munich” (2005) y “Caballo de Batalla” (War Horse, 2011), Spielberg y su productora se han fomentado en elaborar productos con concesión a esa épica… A la del espectáculo y con una imperante puesta en escena que le honra pero que le aleja de sus intenciones de ser un narrador más o menos convincente con sus intenciones de seguir considerándose un profesional respetado. Que ya lo es, pero que su sana ambición va quedando atrás.

“Lincoln” es la prueba factible de que el director de “Minority Report” (2001) y “La Guerra de los Mundos” (War of the Worlds, 2005) se ha acomodado en su sofá de jubilado, ha abierto sus libros de Historia preferidos y con un afán enciclopédico de recolectar toda la información de lo más detallada posible, se ha lucido en llevar tras las cámaras la vida del decimosexto Presidente de los Estados Unidos, y primer Republicano en entrar a la Casa Blanca. Spielberg se centra en los días previos a la re-elección de Abraham Lincoln (Daniel Day-Lewis), en mitad de una Guerra Civil y su armisticio traducido en la elaboración de una Decimotercera Enmienda que le llevará a ser blanco de críticas incluso por la mayoría de los miembros de su partido. Las puestas en escena son de lo mejor pero se produce la sensación e que sirven como pausa a tanta carga política que se respira pesada desde la Cámara de Representantes a los Salones del tan célebre hogar presidencial.

Lo Mejor: la caracterización, obvia, de Daniel Day-Lewis en la piel del Presidente
Lo Peor: si no te va la política, y con más razón si es Norteamericana y del siglo XIX, “Lincoln” no es tu película
Natxo Borràs
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