Hace poco apareció en las noticias que en Reino Unido estaban a punto de conseguir fabricar por primera vez sangre sintética; no se sabe si ésto tiene algo que ver o no pero lo cierto es que el mundo de estos monstruos parece haberse revolucionado: han salido del armario y vuelven más románticos que nunca, dispuestos a integrarse en la sociedad humana hasta el punto de formar idílios con las que hasta ahora eran sus víctimas. Y es que desde las célebres "Drácula de Coppola" y "Entrevista con el Vampiro" el género nunca había protagonizado tamaña ofensiva en el séptimo arte, quizás sea la definitiva... La que nos ocupa es sin duda la hermana mayor de la saga Crepúsculo, más madura y con inquietudes técnicas y estilísticas tales que se ha convertido desde ya en una película de culto. Nunca había visto una mejor introducción de éste subgénero fantástico en un contexto hiperrealista; y tanto es así que resulta dificil distinguir donde empieza y termina el drama social, el romance o el thriller, estando los diferentes géneros perfectamente ensamblados. El resultado no puede ser más original además de potente, dando lugar a una de las mejores películas del 2008.