Me quedo pendiente de volver a evaluarla porque se me ha hecho extraña.
La narración resulta un tanto errática, divagante. Visualmente resulta curiosa por el color, los escenarios y el vestuario. Los personajes secundarios lamentablemente intentan evocar la excentricidad de los que a veces aparecen en películas francesas, muy en la linea de Amelie (2001), pero no lo consiguen. Los guiños, las referencias a los inicios del cine, parecen un poco forzadas en la mayoría de las ocasiones. El final de la película tampoco te deja satisfecho ya que al George Melies de Ben Kingsley, el cual se supone que debería despertar alguna simpatía, sigues sin perdonarle el trato que le da al chaval al principio.
Finalmente me parece un poco incongruente que, siendo absolutamente todos los personajes franceses, ninguno de los actores que los interpreta lo sean. Eso sí, a pesar de eso, a destacar el trabajo de los dos niños, especialmente el de Chloë Grace Moretz.
Y aún no se cual es la invención de Hugo.