El argumento es claro, hay algo más allá de la muerte. Para ello el maestro nos introduce la historia de tres personajes, el primero, Damon, alguien con el don o la maldición de poder poner en contacto a vivos y muertos, hecho que le atormenta. El segundo, una preciosa Célice de France, famosa reportera de televisión, que tras llegar al abismo de la muerte, parece que empieza a reflexionar acerca de la experiencia que ha tenido. Finalmente, McLaren, un tímido niño inseparable de su gemelo que sufre una experiencia terrible que le marcará siempre.

Hasta ahí todo vale, y la película es entretenida, y en mi opinión nunca aburre. Bien es cierto que tiene momentos más brillantes que otros, sin embargo, y como indica Kirk Honeycutt (The Hollywood Reporter), el final decepciona. Pese a que el hilo narrativo es correcto falta algo en la trama que efectivamente nos haga vibrar de verdad.

Aún así, Clint no decepciona, y es una cinta que merece ser vista. Para mí, lo mejor, el meollo del asunto, que hay tras la muerte (parece que este viejo baquero empieza a darse cuenta de sus ochenta y tantos y ciertas preguntas le vienen a la cabeza) así como la música que me recuerda al final de "Sin Perdón". No habrán salido con la sensación de tirar siete euros de entrada.