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Argentina Argentina · buenos aires
Serginhio rating:
6
Drama Argentinean director Carlos Sorin took his own frustrating experiences trying film a movie about the true story of a man who, in 1860, declared himself the King of Patagonia, and formed them into this wild, surreal, and funny first movie. A film about the making of a film, Mr. Sorin details the struggles of a director and his producer in securing funding and adequate performers for this planned location shoot. Soon, however, the ... [+]
Language of the review:
  • es
July 25, 2011
8 of 9 users found this review helpful
Sorin me cae simpático. No sé bien que es, pero cada película suya me despierta interés suficiente como para tomarlo como ineludible. He disfrutado Bombón y El camino de San Diego, me he deleitado con la hermosa Historias Mínimas y me he aburrido con La Ventana.
Con el estreno de El Gato Desaparece tomé la decisión de ver el Big Bang de este director. La creación, el nacimiento...su primera película.

La Película del Rey me remite a historias de Osvaldo Soriano, con sus personajes decadentes, caóticos pero inclaudicables. Esos que se llevan el mundo por delante aún cuando la lógica indique lo contrario. Así es este film. Caótico, brutal, primitivo.

Como un espejo que refleja otro espejo. Como mamushkas rusas, una dentro de la otra: Sorín filma una película caótica sobre un director que filma una película caótica.
Esta película (o ambas) ni siquiera son películas; son intentos de historias donde los personajes hacen de la trama una sábana que estrujan repetidamente.

Dentro de este revuelto de personajes freak, que abandonan ante la contínua aparición de problemas, los actores van siendo reemplazados por otros más primitivos aún. Lo único que los lleva adelante es infinita idea del director (el personaje, no Sorin) de filmar a cualquier precio una historia que no tiene sentido.

Entretenida, tierna, irónica película, aunque también inocente y precaria.
Sorín abre el juego con una buena carta de presentación, aunque se quede a mitad de camino, eso sí...divirtiéndonos.
Serginhio
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