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Serginhio rating:
7
7.3
23,931
Language of the review:
- es
June 8, 2012
3 of 3 users found this review helpful
Puro Haneke. así es La Pianista...puro Haneke.
El director alemán es tal vez el director más provocador e implacable del cine de las últimas cuatro décadas.
No hay concesiones en su cine, cuyas historias (picadoras de carne humana), juegan siempre en el límite y más.
La pianista es una mezcla de todas sus películas pero también es personal y distinta.
Un meastra de piano que oculta una personalidad obsesiva, sádica y macabra. Esta maestra que sufre de la posesividad de su madre de la que huye y a la que vuelve constantemente, en una relación enfermiza y agobiante.
Palmas para la interpretación de Isabelle Huppert, enajenada, al borde del colapso.
Nuevamente Michael Haneke exhibiendo todo su repertorio, haciendo un cine que no se consigue en otros lares.
Y como siempre el "taladro mental" que viene una vez finalizado el film, donde el espectador intenta digerir todo lo que acaba de recibir de la pantalla.
Una vez más elogiar a este director que hace del cine una disciplina desgastante y escandalosa pero que ingresa en nuestro cuerpo como una lanza filosa, dejando siempre secuelas.
Bravo otra vez, Michael.
El director alemán es tal vez el director más provocador e implacable del cine de las últimas cuatro décadas.
No hay concesiones en su cine, cuyas historias (picadoras de carne humana), juegan siempre en el límite y más.
La pianista es una mezcla de todas sus películas pero también es personal y distinta.
Un meastra de piano que oculta una personalidad obsesiva, sádica y macabra. Esta maestra que sufre de la posesividad de su madre de la que huye y a la que vuelve constantemente, en una relación enfermiza y agobiante.
Palmas para la interpretación de Isabelle Huppert, enajenada, al borde del colapso.
Nuevamente Michael Haneke exhibiendo todo su repertorio, haciendo un cine que no se consigue en otros lares.
Y como siempre el "taladro mental" que viene una vez finalizado el film, donde el espectador intenta digerir todo lo que acaba de recibir de la pantalla.
Una vez más elogiar a este director que hace del cine una disciplina desgastante y escandalosa pero que ingresa en nuestro cuerpo como una lanza filosa, dejando siempre secuelas.
Bravo otra vez, Michael.