Un directivo de la General Electric que no tiene ni idea de televisión toma el control de un humilde pero bien ejecutado programa de variedades que se graba en la planta 30 del Rockefeller Plaza. De la relación entre el directivo y la creadora/guionista jefe del programa irán surgiendo tensiones profesionales y personales que los cambiarán a los dos poco a poco. Junto a ellos una colección de personajes excéntricos que aderezan y complican las peripecias de la forma más colorista.

Con tono va de la ironía más sútil al running gag más zafio, 30 Rock te toca la patata porque está en su punto justo de surrealismo. Muy recomendable a todos los niveles si la ves en VO. Doblada al castellano, no lo intentes, es un 4.