Bitelchus es la segunda película de Tim Burton, y ya contiene todos los elementos que hacen del cine del director algo tan particular y diferente. Sin saber quien la ha dirigido, no sería difícil adivinar que es Tim Burton quien está detrás de la cámara.
Bitelchus cuenta una historia de fantasmas, unos fantasmas novatos y muy divertidos que no saben como desenvolverse en su nuevo mundo. Cuando unos extraños compran la casa en la que ellos vivían, tendrán que poner en marcha su limitado ingenio para conseguir echarlos. Algo que no podrán hacer sin la ayuda del peculiar Bitelchus.
Esta película le sirve a Tim Burton para poner toda su imaginación al servicio de una historia muy próxima a su universo particular. Es ahí donde la película tiene su mejor baza, una imágenes resueltas con una desbordante imaginación e ingenio. Y se agradece especialmente que todo sea artesanal. La película tiene ya veinte años y los ordenadores todavía no se habían apropiado del mundo de los efectos especiales. Ver hoy en día una película como Bitelchus no deja de ser un pequeño placer en ese sentido.
También es cierto que dejando al margen la desbordante imaginería visual, Biltelchus se queda bastante corte en las posibilidades argumentales que tenía la historia, resultando todo de un tono bastante infantil.
El exceso de caricatura en la presentación de algunos personajes, impiden que la película tenga un tono más sombrío que le hubiera sentado mucho mejor.
En cualquier caso Bitelchus es una aceptable muestra del talento de Tim Burton que después iría perfeccionando en cada película.