No diré que Happy Feet sea una gran película, pero al menos el Oscar lo gano merecidamente frente a la mucho más aburrida Cars.
El comienzo de Happy feet recuerda mucho al documental El viaje del emperador, y no estoy seguro de que eso me parezca algo bueno. Afortunadamente pasados unos minutos la película adquiere un ritmo y una energía contagiosos, dejándose llevar por una historia tan sencilla como eficaz. La música juega un papel importante en el desarrollo de la acción y hay que reconocer que cada número musical resulta mejor que el anterior.
A mitad de película se produce un giro argumental que a mi me convence poco y me distancia de la historia, pero en cualquier caso el ritmo no se pierde en ningún momento.
Hablar de la perfección técnica sería una obviedad, si no fuera porque no todas las películas de animación pueden presumir de ello, y en este caso Happy Feet puede hacerlo con todo merecimiento. Pese a ello la presencia real de humanos al final de la película no me termina de convencer del todo.
No es Buscando a Nemo ni Los Increíbles pero si es de lo mejor estrenado en el 2006, que no ha sido un gran año de cine de animación.