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TOM REGAN rating:
7
7.6
17,379
Thriller. Drama. Romance
1930s Korea, in the period of Japanese occupation, a new girl is hired as a handmaiden to a Japanese heiress who lives a secluded life on a large countryside estate with her domineering Uncle. But the maid has a secret. She is a pickpocket recruited by a swindler posing as a Japanese Count to help him seduce the Lady to elope with him, rob her of her fortune, and lock her up in a madhouse. The plan seems to proceed according to plan ... [+]
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December 11, 2016
49 of 55 users found this review helpful
238/07(07/12/16) Buen y sugestivo film del coreano Park Chan-wook, turbador relato mezcla el thriller erótico, misterio, romance, y todo en equilibrio narrativo, apoyado en fascinante ambientación, de una elegancia exquisita, y apoyándose en un cuarteto protagónico vibrante, sobre todo en el apartado femenino, las deliciosas Min-hee Kim y Tae-ri Kim. El sinuoso guión del propio director y de Seo-Kyung Chung (“Sympathy for lady Vengeance”) adapta la novela “Figersmith” de la galesa Sarah Waters, cambiando de la época victoriana en que acontece el libro a la corea bajo la ocupación japonés en el SXX. Relato de tintes psicológicos que analiza las complejas relaciones humanas que se pueden dar en condiciones extremas, ahondando en las perversiones sexuales y en como el amor puede ser arbitrario.
Relato triangular, visto desde tres puntos: Primero será el de la doncella, Sooke-Tamako, la conoceremos, asistiremos a como gradualmente crece su relación con la Sra.; Segunda parte los hechos desde Hideko, conoceremos su infancia, seremos testigos de su posible futuro en manos de su tío, mediante perturbadores flash-backs, de cómo este utilizó a su tía (So-ri Moon) como su monitora sexual, cómo esta era una singular narradora de relatos eróticos ante una audiencia de élite; Tercer y último segmento se unirán las dos visiones para avanzar a un potente clímax final.
La cinta explora con bisturí envenenado a las clases altas, su hedonismo, su hipocresía, su corrupción moral, su arrogancia clasista, y esto es desarrollado por el realizador con un sentido lírico-visual exacerbado, brotando de cada fotograma un sentido estético sibarita, con momentos que manan sensualidad escalofriante, ello enmarcado en sugerentes juegos de seducción, de inteligencias, de manipulación de poder, de sometimiento, de dominación, de intentos de emancipación, donde los sentimientos son retorcidos en aras de verdades y medias mentiras, traiciones y lealtades de conveniencia, ello salpicado de intriga, misterio, y giros de guión desconcertantes, gracias ello a un hábil libreto, que deconstruye mordazmente las obsesiones sexuales, auscultando el amor que nace de la lujuria, de la complicidad, sabiendo el director puntear la narración de humor oscuro, en una evolución que te atrapa en sus malsanas redes, con un ritmo sereno pero fluido, donde lo imprevisible te hace estar alerta y no desconectar. Esto se produce desde su potente arranque, donde nos sentiremos Sooke, como ella nos inquietaremos por este universo extraño en el que entra, una mansión decadente extraña, de fachada victoriana y de interiores japoneses, nos sentiremos intrigados por este perturbador escenario, y a medida que avanza la trama nos sentiremos un tanto desconcertados por las sorpresas que encierra este “caramelo”. El realizador crea un microuniverso potente en su energía: Mansiones decadentes victorianas, turbadores marionetas sexuales, psiquiátricos mugrientos, guantes negros fetichistas, dedales dentales, tintero, pañuelo, libros eróticos, para el pelo, corsés, bolas chinas, cerezo del ahorcada; todo esto incrustado en una historia con efluvios sadomasoquistas, donde las fantasías sexuales priman sobre la realidad.
Filmando con una elegancia y sofisticación estremecedora (por momentos), experimentando en cierto modo sobre una idea similar a la “Rashomon” (1950) de Kurosawa, encarando una historia desde distintos prismas de los protagonistas, pero en este caso no son versiones filtradas por los narradores, en este caso no son versiones, es poner la cámara en un lado u otro de la verdad y de este modo los hechos tienen diferentes acomodos. Al contarnos la historia desde diferentes lados hace que la cámara casi se comporte cuasi-acariciando a los personajes, esto hace que nos sintamos en cierto modo muy cerca de la piel desnuda de las protagonistas, asimismo juega con recursos que me recuerdan a “Memento” (2000) de Nolan, por lo de gotear elementos inquietantes por el metraje como la soga en el árbol, y que después nos enteramos su significado.
Curioso ver como hay quien ha visto un ejercicio de machismo, esto apoyándose en el modo exquisito de rodar las escenas de sexo entre las dos amantes, recurriendo a clichés fantasiosos masculinos. Pero esto solo es una percha esteta, cuando en realidad (bajo mi modesto ver) todo es una oda a la libertad femenina, a sus ansias de emancipación del yugo hetero-patriarcal, de cómo la mujer puede ser más inteligente que el hombre, de cómo puede escoger a quien amar, sin ser esclava de las normas sociales impuestas, donde los hombres son unos pervertidos misóginos autoritarios, y donde la mujer es la única capaz de disfrutar de su cuerpo, del sexo. Park edifica un microuniverso regido por hombres dominantes, que usan a la mujer como objeto sexual, sin atender a sus sentimientos, y donde este darwinismo de roles será socavado por estas dos féminas, dos valientes que han decidido destrozar estas imposiciones para apartar a los hombres de su camino, derivando en un canto al amor puro, a la libertad y a la emancipación sexual.
Todo esto lo bueno, pero la cinta peca de cierta irregularidad que le impide elevarse más. Empezando por un metraje desmedido, para un relato que no da para tanto, esto hace que sea difícil mantener el nivel de atención, sobre todo cuando hay bastante redundancia, regodeo, cuando en muchos tramos el envoltorio estético devora a la historia, provocando inevitables bajones de ritmo, no hay recursos narrativos para tanta duración, lo cual implica que haya remansos que se hacen densos, esto se hace notorio en su tramo final, en que no alcanza a magnetizar al espectador, por la saturación de efectismo visual. Tampoco ayudan unas situaciones un tanto forzadas en su desarrollo orgánico, manipuladoras y tramposillas, a las que hay que darle licencia de corso para seguir con el disfrute de la historia.
Relato triangular, visto desde tres puntos: Primero será el de la doncella, Sooke-Tamako, la conoceremos, asistiremos a como gradualmente crece su relación con la Sra.; Segunda parte los hechos desde Hideko, conoceremos su infancia, seremos testigos de su posible futuro en manos de su tío, mediante perturbadores flash-backs, de cómo este utilizó a su tía (So-ri Moon) como su monitora sexual, cómo esta era una singular narradora de relatos eróticos ante una audiencia de élite; Tercer y último segmento se unirán las dos visiones para avanzar a un potente clímax final.
La cinta explora con bisturí envenenado a las clases altas, su hedonismo, su hipocresía, su corrupción moral, su arrogancia clasista, y esto es desarrollado por el realizador con un sentido lírico-visual exacerbado, brotando de cada fotograma un sentido estético sibarita, con momentos que manan sensualidad escalofriante, ello enmarcado en sugerentes juegos de seducción, de inteligencias, de manipulación de poder, de sometimiento, de dominación, de intentos de emancipación, donde los sentimientos son retorcidos en aras de verdades y medias mentiras, traiciones y lealtades de conveniencia, ello salpicado de intriga, misterio, y giros de guión desconcertantes, gracias ello a un hábil libreto, que deconstruye mordazmente las obsesiones sexuales, auscultando el amor que nace de la lujuria, de la complicidad, sabiendo el director puntear la narración de humor oscuro, en una evolución que te atrapa en sus malsanas redes, con un ritmo sereno pero fluido, donde lo imprevisible te hace estar alerta y no desconectar. Esto se produce desde su potente arranque, donde nos sentiremos Sooke, como ella nos inquietaremos por este universo extraño en el que entra, una mansión decadente extraña, de fachada victoriana y de interiores japoneses, nos sentiremos intrigados por este perturbador escenario, y a medida que avanza la trama nos sentiremos un tanto desconcertados por las sorpresas que encierra este “caramelo”. El realizador crea un microuniverso potente en su energía: Mansiones decadentes victorianas, turbadores marionetas sexuales, psiquiátricos mugrientos, guantes negros fetichistas, dedales dentales, tintero, pañuelo, libros eróticos, para el pelo, corsés, bolas chinas, cerezo del ahorcada; todo esto incrustado en una historia con efluvios sadomasoquistas, donde las fantasías sexuales priman sobre la realidad.
Filmando con una elegancia y sofisticación estremecedora (por momentos), experimentando en cierto modo sobre una idea similar a la “Rashomon” (1950) de Kurosawa, encarando una historia desde distintos prismas de los protagonistas, pero en este caso no son versiones filtradas por los narradores, en este caso no son versiones, es poner la cámara en un lado u otro de la verdad y de este modo los hechos tienen diferentes acomodos. Al contarnos la historia desde diferentes lados hace que la cámara casi se comporte cuasi-acariciando a los personajes, esto hace que nos sintamos en cierto modo muy cerca de la piel desnuda de las protagonistas, asimismo juega con recursos que me recuerdan a “Memento” (2000) de Nolan, por lo de gotear elementos inquietantes por el metraje como la soga en el árbol, y que después nos enteramos su significado.
Curioso ver como hay quien ha visto un ejercicio de machismo, esto apoyándose en el modo exquisito de rodar las escenas de sexo entre las dos amantes, recurriendo a clichés fantasiosos masculinos. Pero esto solo es una percha esteta, cuando en realidad (bajo mi modesto ver) todo es una oda a la libertad femenina, a sus ansias de emancipación del yugo hetero-patriarcal, de cómo la mujer puede ser más inteligente que el hombre, de cómo puede escoger a quien amar, sin ser esclava de las normas sociales impuestas, donde los hombres son unos pervertidos misóginos autoritarios, y donde la mujer es la única capaz de disfrutar de su cuerpo, del sexo. Park edifica un microuniverso regido por hombres dominantes, que usan a la mujer como objeto sexual, sin atender a sus sentimientos, y donde este darwinismo de roles será socavado por estas dos féminas, dos valientes que han decidido destrozar estas imposiciones para apartar a los hombres de su camino, derivando en un canto al amor puro, a la libertad y a la emancipación sexual.
Todo esto lo bueno, pero la cinta peca de cierta irregularidad que le impide elevarse más. Empezando por un metraje desmedido, para un relato que no da para tanto, esto hace que sea difícil mantener el nivel de atención, sobre todo cuando hay bastante redundancia, regodeo, cuando en muchos tramos el envoltorio estético devora a la historia, provocando inevitables bajones de ritmo, no hay recursos narrativos para tanta duración, lo cual implica que haya remansos que se hacen densos, esto se hace notorio en su tramo final, en que no alcanza a magnetizar al espectador, por la saturación de efectismo visual. Tampoco ayudan unas situaciones un tanto forzadas en su desarrollo orgánico, manipuladoras y tramposillas, a las que hay que darle licencia de corso para seguir con el disfrute de la historia.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Min-hee Kim Tae-ri Kim están sublimes, delicadeza y encanto prodigioso, derrochan inocencia a la par que sensualidad y belleza, transmten una gama de sentimientos de modo sutil, candidez, pasión, frustración, picardía, erotismo, y entre las dos una química arrolladora, apoteósicas sus memorables escenas de sexo, inundan la pantalla de vaho, de calor, de lujuria, impresionante binomio. Jung-woo Ha como el conde Fujiwara hace un buent trabajo, dejando muestras de su perfidia codiciosa, pero opacado por las féminas. Jin-woong Jo deja heulla en un rol perverso, artero, vicioso, viscoso, autoritario, con una imagen mefistofélica, con ademanes de insidioso sádico, excelente.
Puesta en escena cautivadora, majestuoso diseño de producción de Seong-hie Ryu (“Old boy”), rodando en Corea del Sur (Goheung, South Jeolla, Pyeongchang, y Dong-ah Institute of Media and Arts, Anseong), y en Japón en Nagoya (Aichi), escenarios góticos rozando lo barroco, mansión extraña (exterior inglés e interior japonés), decorados elegantes, sofisticados, cuidados con esmero por el detalle, sumado a fastuoso diseño de vestuario de Sang-gyeong Jo (“Sympathy for lady Vengeance”), y todo filtrado por la subyugante fotografía de Chung Chung-hoon (“Old boy”), cuasi-provoca textura en el espectador, mucho simbolismo visual en reflejos de los protagonistas en ventanas y espejos, encuadres usados con mimo en sus simetrías, movimientos suaves de cámara, tonalidades suaves, en muchos casos desbordan erotismo visual, llega el espectador a notar la alta temperatura, humedad sexual, con muy expresivos primeros planos, creando lienzos de una belleza superlativa, influenciado por la pintura del japonés Kitagawa Utamaro (1753-1806), experto en composiciones femeninas, excelsa labor que deja marca, ayudado en cierto modo por el vibrante montaje de Jae-Bum Kum (“Asua”) y Sang-beom Kim (“Old boy”), con gran uso del plano contra plano, sabiendo dotar de cadencia sexual las escenas de eróticas. La Música Yeong-wook Jo “Old boy” juega con sonidos insinuantes, melancólicos, neurálgicos, acunando con delicia la acción.
Momentos recordables: La doncella calma el dolor de muelas de la Sra. en la bañera, el roce de un cuerpo contra otro provoca turbación, segundos de alta tensión sexual; Maravilloso el relato erótico la Sra. narra a su selecta audiencia, impresionante su tono de voz, modo sibilino saca el pañuelo y se seca el sudor; Primera escena de amor entre las amantes, sudorosa y libidinosa; Recreación entre la Sra. y una gran marioneta del acto sexual en las alturas ayudado por el Sr.; Epicúrea escena de la Sra. yendo a ahorcarse en el cerezo, de una belleza de Síndrome de Stendhal; La noche de bodas en que ante la confusa mirada del esposo la Sra. se masturba escuchando a la doncella cantar a su amante al otro lado del muro, tremebundo; Escena de emancipación, liberación de la opresión masculina, excitante destrucción de la biblioteca de Kouzuki por parte de las amantes, éxtasis cuasi-orgásmico para ellas; La tortura que Kouzuki le infringe al “conde”, cuasi-gore, el tío excitado con el relato erótico que le cuenta el “conde” mientras es vejado, este le pide un cigarrillo de los suyos, coge uno que sabe está envenenado, cuando se pone a fumar los dos mueren asfixiados, la venganza de las mujeres contra los hombres que las han tiranizado; El tierno epílogo, estamos en el camarote de un barco, con las dos mujeres desnudas, abrazadas, besándose, acariciándose, y sacan unas bolas chinas-cascabel y juguetonamente se las introducen unas a otras, la cámara se aleja sobre la luna y oímos el tintineo de los cascabeles, palpitante.
Recomendable a los que gusten de thriller psico-eróticos de calidad, de los que recordaras tiempo, aunque con sus irregularidades, quizás por el tempo narrativo asiático, más contemplativo que el occidental. Fuerza y honor!!!
Podéis leer más sobre el film en: http://tomregan.blogspot.com/2016/12/la-doncella-thehandmaiden-ah-ga-ssi.html
Puesta en escena cautivadora, majestuoso diseño de producción de Seong-hie Ryu (“Old boy”), rodando en Corea del Sur (Goheung, South Jeolla, Pyeongchang, y Dong-ah Institute of Media and Arts, Anseong), y en Japón en Nagoya (Aichi), escenarios góticos rozando lo barroco, mansión extraña (exterior inglés e interior japonés), decorados elegantes, sofisticados, cuidados con esmero por el detalle, sumado a fastuoso diseño de vestuario de Sang-gyeong Jo (“Sympathy for lady Vengeance”), y todo filtrado por la subyugante fotografía de Chung Chung-hoon (“Old boy”), cuasi-provoca textura en el espectador, mucho simbolismo visual en reflejos de los protagonistas en ventanas y espejos, encuadres usados con mimo en sus simetrías, movimientos suaves de cámara, tonalidades suaves, en muchos casos desbordan erotismo visual, llega el espectador a notar la alta temperatura, humedad sexual, con muy expresivos primeros planos, creando lienzos de una belleza superlativa, influenciado por la pintura del japonés Kitagawa Utamaro (1753-1806), experto en composiciones femeninas, excelsa labor que deja marca, ayudado en cierto modo por el vibrante montaje de Jae-Bum Kum (“Asua”) y Sang-beom Kim (“Old boy”), con gran uso del plano contra plano, sabiendo dotar de cadencia sexual las escenas de eróticas. La Música Yeong-wook Jo “Old boy” juega con sonidos insinuantes, melancólicos, neurálgicos, acunando con delicia la acción.
Momentos recordables: La doncella calma el dolor de muelas de la Sra. en la bañera, el roce de un cuerpo contra otro provoca turbación, segundos de alta tensión sexual; Maravilloso el relato erótico la Sra. narra a su selecta audiencia, impresionante su tono de voz, modo sibilino saca el pañuelo y se seca el sudor; Primera escena de amor entre las amantes, sudorosa y libidinosa; Recreación entre la Sra. y una gran marioneta del acto sexual en las alturas ayudado por el Sr.; Epicúrea escena de la Sra. yendo a ahorcarse en el cerezo, de una belleza de Síndrome de Stendhal; La noche de bodas en que ante la confusa mirada del esposo la Sra. se masturba escuchando a la doncella cantar a su amante al otro lado del muro, tremebundo; Escena de emancipación, liberación de la opresión masculina, excitante destrucción de la biblioteca de Kouzuki por parte de las amantes, éxtasis cuasi-orgásmico para ellas; La tortura que Kouzuki le infringe al “conde”, cuasi-gore, el tío excitado con el relato erótico que le cuenta el “conde” mientras es vejado, este le pide un cigarrillo de los suyos, coge uno que sabe está envenenado, cuando se pone a fumar los dos mueren asfixiados, la venganza de las mujeres contra los hombres que las han tiranizado; El tierno epílogo, estamos en el camarote de un barco, con las dos mujeres desnudas, abrazadas, besándose, acariciándose, y sacan unas bolas chinas-cascabel y juguetonamente se las introducen unas a otras, la cámara se aleja sobre la luna y oímos el tintineo de los cascabeles, palpitante.
Recomendable a los que gusten de thriller psico-eróticos de calidad, de los que recordaras tiempo, aunque con sus irregularidades, quizás por el tempo narrativo asiático, más contemplativo que el occidental. Fuerza y honor!!!
Podéis leer más sobre el film en: http://tomregan.blogspot.com/2016/12/la-doncella-thehandmaiden-ah-ga-ssi.html