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TOM REGAN rating:
8
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February 23, 2015
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07(10/01/15) Notable film bélico del cineasta de Illinois David Ayer, una delicia para los amantes al género, una cruda propuesta que expone con un tremendo realismo la sinrazón salvaje de las guerras, su estremecedor factor deshumanizador, donde en la espiral de violencia se pierde el sentido moral, se traspasan barreras sin retorno, ello en el contexto de una historia con escenas de acción extraordinarias, con unos enfrentamientos que desbordan la pantalla, con una construcción de personajes estupenda, con unos actores cumpliendo con creces, unos antihéroes que plasman con veracidad la camaradería, la lealtad, la rudeza, los complejos, ello con una puesta en escena espléndida que hace nos sintamos el sexto tripulante del “Fury”. Es una cinta ambigua en su exposición no se puede catalogar de antibélico, ni de pro, es una historia que se puede entender como un estudio de personajes puestos en condiciones extremas en territorio hostil, no es pretenciosa intentando aleccionar, que cada cual saque sus propias conclusiones, toma al espectador como persona adulta, tampoco cae en el maniqueísmo sensiblero, ni en el patriotero, y eso es muy de agradecer.
David Ayer escribe y dirige, inspirándose en historias de los veteranos de la guerra de su familia, y en el libro de “DeathTraps” (2003) de Belton Y. Cooper, sobre la contienda de tanques estadounidenses durante la WWII. Ayer es un ex-marine de la Armada USA, obseso de trasladar al espectador el realismo crudo de la violencia, guionista del intenso thriller “Training Day” (2001) de Antoine Fuqua, de la cruda “End Of Watch” (2012, también la dirigió), dos dramas policiales que emiten autenticidad, pero la que más se acerca a esta “Fury” es su libreto de “U-571” dirigida por Jonathan Mostow, film bélico sobre un submarino en la WWII, entre las dos las similitudes están en el contexto de la guerra y sobre todo en lo claustrofóbico del protagonista escenario, también puede recordar a la brillante germana “Das Boot” (1981) de Wolfgang Petersen, con escenario en otro submarino, si nos alejamos un poco en el tiempo bebe de la excelente “Sahara” (1943) de Zoltan Korda, con centro en el susodicho desierto en Libia en plena WWII, teniendo como protagonista al tanque británico “Lulu Belle”, si queremos seguir buscando semejanzas la más cercana en tiempo es la israelí “Lebanon” (2009) de Samuel Maoz, ejercicio de estilo magnífico donde toda la acción se ve desde un tanque en medio de la Guerra Libano-Israel, entre todos los films nombrados también sobresale el espíritu de camaradería entendido por los machos, o sea , gente que discute, se insulta, se pelea, pero que en condiciones extremas de lucha contra el enemigo darían su vida por el compañero. Buscando realismo el director obligó a sus actores a pasar 4 meses en un campo de entrenamiento de los Navy Seals, asimismo les hizo convivir en el tanque durante mucho tiempo, donde comían, dormían y deponían.
Sigue un patrón clásico en grupo reducido de combatientes, líder de fuerte carácter marcado por el conflicto, un religioso, una minoría étnica, en este caso un mexicano, un lacónico violento, y un novato de principios morales que se verán removidos por la monstruosa guerra, este será nuestra mirada inocente en el film, es en su desarrollo que nos seduce y atrapa, con una buena delineación de personajes, interrelacionándolos con buenos diálogos, haciéndolos humanos y defectuosos, donde la línea entre héroe y villano es muy tenue, la frontera entre la venganza y el salvajismo queda difuminada, se trata de matar y no ser matado, se exhibe la bestialidad de los nazis, que hace se entre en una espiral sanguinolenta en que los adversarios americanos se ven legitimados para matar a prisioneros por la espalda o acribillar a gente que se rinde. Es una recreación de la guerra que entronca con el cine verité, hace del tanque “Fury” un protagonista más, la mayor parte del tiempo estamos en él, emitiendo la claustrofobia del pequeño habitáculo, te sientes en medio de la guerra, sientes los horrores de la misma, con batallas espectaculares y sanguinolentas, los impactos rompen ramas, rebotan en tanques, destruyen edificios, hay cuerpos de los que revientan cabezas, piernas, la sangre explota ante tus ojos, gente que arde cual tea, y de esta barbarie derivan las taras que los protagonistas llegan a sufrir, no solo físicas, si no también mentales. Un film que rehúye la sensiblería, rehúye moralizar, rehúye dártelo todo masticado, no se posiciona de forma ética, la guerra destruye el alma, y todo lo bueno, un relato tridimensional, con energía, con vigor, con alma, lo hace con pequeñas dosis de humor, tocando temas con la hermandad, la violencia intrínseca al ser humano, la venganza, el nihilismo, y sobre todo nos habla del poderoso Jinete de la Guerra.
La puesta en escena es uno de su pilares más robustos, con un espléndido diseño de producción de Andrew Menzies (“A.I.”, “Munich” o “Naufrago”), recreando en los campos ingleses de Oxfordshire, Hertfordshire y la pista aérea de Bovingdon los paisajes germanos, con algunos paisajes cuasi-avernales, como el del inicio, ambientación mugrienta, feista, mucho barro, polvo, suciedad, pueblos semiderruidos, y por supuesto una pléyade de tanques de la época, prestados por Museo de Tanques de Bovingdon (U.K.), institución que cuenta con la mayor dotación de carros de combate del mundo, “Fury” es un Sherman M4A2E8 llamado Ben / Harry (T224875), y los alemanes eran Tiger 131, utilizándose el único real en film desde 1946 (modelo abandonado por los nazis en Túnez),… (continuo en spoiler)
David Ayer escribe y dirige, inspirándose en historias de los veteranos de la guerra de su familia, y en el libro de “DeathTraps” (2003) de Belton Y. Cooper, sobre la contienda de tanques estadounidenses durante la WWII. Ayer es un ex-marine de la Armada USA, obseso de trasladar al espectador el realismo crudo de la violencia, guionista del intenso thriller “Training Day” (2001) de Antoine Fuqua, de la cruda “End Of Watch” (2012, también la dirigió), dos dramas policiales que emiten autenticidad, pero la que más se acerca a esta “Fury” es su libreto de “U-571” dirigida por Jonathan Mostow, film bélico sobre un submarino en la WWII, entre las dos las similitudes están en el contexto de la guerra y sobre todo en lo claustrofóbico del protagonista escenario, también puede recordar a la brillante germana “Das Boot” (1981) de Wolfgang Petersen, con escenario en otro submarino, si nos alejamos un poco en el tiempo bebe de la excelente “Sahara” (1943) de Zoltan Korda, con centro en el susodicho desierto en Libia en plena WWII, teniendo como protagonista al tanque británico “Lulu Belle”, si queremos seguir buscando semejanzas la más cercana en tiempo es la israelí “Lebanon” (2009) de Samuel Maoz, ejercicio de estilo magnífico donde toda la acción se ve desde un tanque en medio de la Guerra Libano-Israel, entre todos los films nombrados también sobresale el espíritu de camaradería entendido por los machos, o sea , gente que discute, se insulta, se pelea, pero que en condiciones extremas de lucha contra el enemigo darían su vida por el compañero. Buscando realismo el director obligó a sus actores a pasar 4 meses en un campo de entrenamiento de los Navy Seals, asimismo les hizo convivir en el tanque durante mucho tiempo, donde comían, dormían y deponían.
Sigue un patrón clásico en grupo reducido de combatientes, líder de fuerte carácter marcado por el conflicto, un religioso, una minoría étnica, en este caso un mexicano, un lacónico violento, y un novato de principios morales que se verán removidos por la monstruosa guerra, este será nuestra mirada inocente en el film, es en su desarrollo que nos seduce y atrapa, con una buena delineación de personajes, interrelacionándolos con buenos diálogos, haciéndolos humanos y defectuosos, donde la línea entre héroe y villano es muy tenue, la frontera entre la venganza y el salvajismo queda difuminada, se trata de matar y no ser matado, se exhibe la bestialidad de los nazis, que hace se entre en una espiral sanguinolenta en que los adversarios americanos se ven legitimados para matar a prisioneros por la espalda o acribillar a gente que se rinde. Es una recreación de la guerra que entronca con el cine verité, hace del tanque “Fury” un protagonista más, la mayor parte del tiempo estamos en él, emitiendo la claustrofobia del pequeño habitáculo, te sientes en medio de la guerra, sientes los horrores de la misma, con batallas espectaculares y sanguinolentas, los impactos rompen ramas, rebotan en tanques, destruyen edificios, hay cuerpos de los que revientan cabezas, piernas, la sangre explota ante tus ojos, gente que arde cual tea, y de esta barbarie derivan las taras que los protagonistas llegan a sufrir, no solo físicas, si no también mentales. Un film que rehúye la sensiblería, rehúye moralizar, rehúye dártelo todo masticado, no se posiciona de forma ética, la guerra destruye el alma, y todo lo bueno, un relato tridimensional, con energía, con vigor, con alma, lo hace con pequeñas dosis de humor, tocando temas con la hermandad, la violencia intrínseca al ser humano, la venganza, el nihilismo, y sobre todo nos habla del poderoso Jinete de la Guerra.
La puesta en escena es uno de su pilares más robustos, con un espléndido diseño de producción de Andrew Menzies (“A.I.”, “Munich” o “Naufrago”), recreando en los campos ingleses de Oxfordshire, Hertfordshire y la pista aérea de Bovingdon los paisajes germanos, con algunos paisajes cuasi-avernales, como el del inicio, ambientación mugrienta, feista, mucho barro, polvo, suciedad, pueblos semiderruidos, y por supuesto una pléyade de tanques de la época, prestados por Museo de Tanques de Bovingdon (U.K.), institución que cuenta con la mayor dotación de carros de combate del mundo, “Fury” es un Sherman M4A2E8 llamado Ben / Harry (T224875), y los alemanes eran Tiger 131, utilizándose el único real en film desde 1946 (modelo abandonado por los nazis en Túnez),… (continuo en spoiler)
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
…a esto se suma una soberbia labor en vestuario y maquillaje, con una autenticidad atroz, alejada de todo maniqueísmo y autocensura, teniendo tres consultores militares y cuatro veteranos de la División Acorazada de la Segunda Guerra Mundial, todo transpira sinceridad, esto impulsado por la espléndida fotografía del ruso Roman Vasyanov (“End of watch”), con cielos grises, el sol brilla por ausencia, con un extraordinario manejo de la estrecha cabina del tanque, creando claustrofobia en el espectador, calor, agobio, estrés, con una estupenda iluminación interior en semioscuridad, con angulaciones opresivas, con intensas tomas en primer planos de ojos a través de la mirilla del tanque, a esto se suma el ingenioso recurso de efectos visuales de los lanzamiento de obuses cromatizarlos de haces de luz verde y rojo para diferenciar los disparos de los bandos, todo acompañado por la notable música de Steve Price (“Gravity”), sabiendo moldear el único tema para acondicionarlo a los momentos íntimos como a los bélicos. No describo grandes momentos por el límite de caracteres.
La trama es ficción, el protagonista “Wardaddy”se inspira libremente en el sargento Lafayette G. Pool (23 julio 1919 hasta 30 mayo 1991), que llegó a Normandía un día después del Día D (6 de junio 1944), comandó 3 tanques Sherman diferentes durante los 81 días que estuvo en combate (del 27 de junio al 15 de septiembre de 1944) que aniquiló 258 vehículos blindados enemigos, se le atribuyen más de 1000 muertes, 250 prisioneros alemanes, tras su último combate fue herido y le tuvo que ser amputada una pierna, es considerado el As de Ases de los tanques, tiene múltiples condecoraciones,Cruz de Servicio Distinguido , la Legión de Mérito , la Estrella de Plata , el Corazón Púrpura , la Fourragère , y la Legión de Honor, su apodo era el mismo que el protagonista “Wardaddy”.
“Wardaddy”: <Yo tenía el mejor artillero en todo el Ejército de los Estados Unidos en el sureste Ahora te tengo a ti. (Norman)>; <Los ideales son pacíficos. La historia es violenta>.
Brad Pitt, productor del film, realiza una carismática actuación, un complejo rol, demonio y ángel de la guarda de su grupo, un valiente y despiadado tipo en el que está latente su vis salvaje, dejando entrever el tormento interior, un profesional de la guerra que solo contempla ir hacia adelante, con un nihilismo desbordante. Shia Labeouf es el religioso del grupo, el guardián de una cierta moral a la que atenerse en un escenario sin reglas, tipo encarnado con gran pulso, ser contradictorio que propaga las enseñanzas bíblicas a la vez que cercena con rabia vidas alemanas, transmite profundidad. Michael peña cumple con creces en su rol de extrovertido simpático, bizarro cuando aparece en el piso de las dos alemanas con un bastón, collar y sombrero de copa, surrealista toque. Jon Bernthal, es el bruto del grupo, un asocial muy bien reflejado en el porte adusto del actor. Y está Logan Lerman, el gran descubrimiento del film, nuestros ojos en el conflicto, teniendo una gradual y veraz evolución marcado por el salvajismo ambiental, de un chico cándido cobarde moralista que lee a Hemingway y toca piano, a un hombre envuelto en la espiral de violencia que le rodea, un viaje iniciático brillantemente interpretado, su primera misión que da el tono descarnado del relato es limpiar los restos de su predecesor en el puesto, muerto sobre el asiento que él debe ocupar, terrible. Se puede echar en falta saber algo más de los protagonistas, hacerlos con un fondo y no simplemente soldados fagocitados por la Guerra.
En conjunto queda una notable propuesta de cine bélico de kilates, con escenas de combates a un nivel superlativo, film de las que te toma como espectador inteligente y no intenta adoctrinarte hacia lado alguno. Fuerza y honor!!!
Crítica sesgada por el límite de caracteres, ver íntegra en: http://tomregan.blogspot.com/2015/02/corazones-de-acerofury.html
La trama es ficción, el protagonista “Wardaddy”se inspira libremente en el sargento Lafayette G. Pool (23 julio 1919 hasta 30 mayo 1991), que llegó a Normandía un día después del Día D (6 de junio 1944), comandó 3 tanques Sherman diferentes durante los 81 días que estuvo en combate (del 27 de junio al 15 de septiembre de 1944) que aniquiló 258 vehículos blindados enemigos, se le atribuyen más de 1000 muertes, 250 prisioneros alemanes, tras su último combate fue herido y le tuvo que ser amputada una pierna, es considerado el As de Ases de los tanques, tiene múltiples condecoraciones,Cruz de Servicio Distinguido , la Legión de Mérito , la Estrella de Plata , el Corazón Púrpura , la Fourragère , y la Legión de Honor, su apodo era el mismo que el protagonista “Wardaddy”.
“Wardaddy”: <Yo tenía el mejor artillero en todo el Ejército de los Estados Unidos en el sureste Ahora te tengo a ti. (Norman)>; <Los ideales son pacíficos. La historia es violenta>.
Brad Pitt, productor del film, realiza una carismática actuación, un complejo rol, demonio y ángel de la guarda de su grupo, un valiente y despiadado tipo en el que está latente su vis salvaje, dejando entrever el tormento interior, un profesional de la guerra que solo contempla ir hacia adelante, con un nihilismo desbordante. Shia Labeouf es el religioso del grupo, el guardián de una cierta moral a la que atenerse en un escenario sin reglas, tipo encarnado con gran pulso, ser contradictorio que propaga las enseñanzas bíblicas a la vez que cercena con rabia vidas alemanas, transmite profundidad. Michael peña cumple con creces en su rol de extrovertido simpático, bizarro cuando aparece en el piso de las dos alemanas con un bastón, collar y sombrero de copa, surrealista toque. Jon Bernthal, es el bruto del grupo, un asocial muy bien reflejado en el porte adusto del actor. Y está Logan Lerman, el gran descubrimiento del film, nuestros ojos en el conflicto, teniendo una gradual y veraz evolución marcado por el salvajismo ambiental, de un chico cándido cobarde moralista que lee a Hemingway y toca piano, a un hombre envuelto en la espiral de violencia que le rodea, un viaje iniciático brillantemente interpretado, su primera misión que da el tono descarnado del relato es limpiar los restos de su predecesor en el puesto, muerto sobre el asiento que él debe ocupar, terrible. Se puede echar en falta saber algo más de los protagonistas, hacerlos con un fondo y no simplemente soldados fagocitados por la Guerra.
En conjunto queda una notable propuesta de cine bélico de kilates, con escenas de combates a un nivel superlativo, film de las que te toma como espectador inteligente y no intenta adoctrinarte hacia lado alguno. Fuerza y honor!!!
Crítica sesgada por el límite de caracteres, ver íntegra en: http://tomregan.blogspot.com/2015/02/corazones-de-acerofury.html