Ganadora, no sin cierta polémica, del Óscar a mejor película (además de al mejor guion original, también de Haggis, y al mejor montaje, ambos bastante merecidos) “Crash” destacó por su original estructura de interconexión de las historias y los personajes. Con un ramillete de secuencias impactantes, de las que se quedan grabadas en la retina del espectador, la cinta nos va mostrando la realidad de una ciudad de Los Ángeles despiadada, llena de racismo, cinismo, egoísmo, rabia, injusticias, violencia, pero también, en algunos momentos, de solidaridad o de amor paterno-filial.

Durísima por momentos, emotiva siempre, cuenta con una impecable factura técnica, y con un elenco de actuaciones tan sensacional que no sería justo limitarnos a nombrar a los cuatro citados en la ficha, ya que Ryan Phillippe, Brendan Fraser, Michael Peña, Thandie Newton o Terrence Howard (y aún dejamos grandes trabajos sin nombrar) contribuyen a hacer de “Crash” una maravillosa película, para mí claramente merecedora de los premios que recibió. Pocas cintas reúnen una historia tan completa y tan bien contada.