Hay que ver lo personajazo que era el padre de Angelito. Seguro que más de uno que viera el trailer de esta película se preguntó qué interés podría tener una película sobre un dibujante de tebeos Bruguera, pero lo cierto es que si la mitad de cosas que se cuentan aquí son ciertas, ya dan para cinco películas más. El hombre era uno de esa rara especie que produce de vez en cuando la civilización: un verdadero ácrata. Y como suele pasar con este tipo de gente, fue alguien al que era mejor admirar de lejos que tenerlo cerca.

El director y guionista Óscar Aibar parece decidir (con acierto, en mi opinión) que un biopic convencional no haría justicia a tan peculiar personaje, por lo que le incorpora rasgos de sus propias creaciones y lo integra en un mundo de viñeta, con algunos "cameos" de ilustres personajes dibujados y un estilo ingenuo y colorista que incide en la comedia antes que en el drama, aunque aquí hay mucho drama. Pero esta ambientación define también a su protagonista como alguien que camina por la vida sin enterarse, viviendo a salto de mata y satisfaciendo sus impulsos del momento sin pensar jamás en las consecuencias.

Creador de las hermanas Gilda, Anacleto, Ángel Síseñor y el genial Angelito (Gugú para los amigos), Vázquez forma, junto a Ibáñez y a Escobar, el trío de oro con el que se entretuvieron y disfrutaron tantísimas infancias españolas. Si alguien se pregunta qué interés puede tener la vida de cualquiera de ellos como para hacer una película, puede que sea el momento de darle una oportunidad a "El gran Vázquez".