Durante unos interminables 150 minutos, el Sr. Nolan le falta el respeto al espectador en un crescendo de escenas dispersas con personajes sin ahondamiento, pasajeros y convenientes para empezar a dar giros de tuerca de la mitad para adelante.

Resumiendo: el fallo de Tenet es el emisor. Ojo, no estoy diciendo que haya agujeros de guion. De hecho, el tratamiento de la continuidad es exquisito (si no lo fuera, apaga y vámonos) y el pasado-presente concuerda en todo momento. El problema radica en que el relato no está lo suficientemente bien elaborado como para que el mensaje pueda ser percibido correctamente por el receptor. Por ello, que la culpa sea del espectador por no entender esta parida, me parece una acusación repugnante y asquerosa. Si me quieres hacer una película compleja (independientemente de su idea temática) te tienes que encargar de hacer TODO lo posible para que se pueda digerir. Y ahí es donde digo que falta al respeto. A Nolan le importa 25 pimientos que tu cerebro rinda al 200% para entender algo. Navegamos durante horas en un mar anti-narrativo de escenas absurdas, diálogos redundantes con tecnicismos y terminología físico-cuántica y zapatos y percebes y patatas: ''el mundo se acaba, y la píldora del poder porque sí y viva Messi''. Director y escritor ególatra que sacia su onanismo cinematográfico sacrificando al público. Por supuesto, técnicamente excelente, respondiendo al brutal presupuesto invertido: le dedico mi 2.

No puedo recomendarla.