Ahora mismo, mientras escribo estas palabras, oigo de fondo como mis padres ven el estreno de la vigésima temporada de la serie de la familia amarilla. Hace un par de minutos le he rebajado 5 puntos a mi nota de la serie. Ya no aguanto más.

Estos no son los Simpsons, el retrasado que babea cada vez que piensa en comida y piensa siempre en comida no es Homer.

Son los mismos personajes, pero ahora tan vacíos como el significado de cada capítulo.

Viajemos en el tiempo:

Antes los capítulos conseguían llegarte al corazón, podían haber más de tres escenas sin incluir chistes, porque el mensaje estaba incluso por encima de los chistes. Podías EMOCIONARTE. (¿Quién no recuerda el final del episodio en el que todo Springfield entraba en el refugio de Ned Flanders haciendo que no cupiese el propio propietario? ¿o la noche del baile de fin de curso de la adolescencia de Homer?)
Y no sólo importaba el mensaje global sino los pequeños chascarrillos que eran tan graciosos como reveladores de una personalidad tan compleja como la de cualquier persona real.

En definitiva estaban repletos de gags memorables y momentos emotivos y realistas.

Pero ahora:

Los personajes son muñecos monotemáticos y simplistas. Homer dice "comida" y babea capítulo sí capítulo también, cualquier excusa es buena para que estrangule a Bart.
El contenido serio ha sido eliminado por completo dejando paso a un momento en la conclusión de cada capítulo donde explican la "supuesta" moraleja. Ej: Has visto papá, contaminar está mal".
Y el humor brillante y que apuntaba en muchísimas ocasiones a hacer risible cosas del mundo cotidiano ha pasado a ser un humor completamente surrealista (Homer siendo perseguido durante todo el tiempo por el Grinch, un combate con Hulk por el medio...)

Y poco a poco se recurre al humor de mal gusto en los chascarrillos (En el capítulo que oigo de fondo un ex militante del IRA lamenta haber dejado las armas al ver pasar un autobús lleno de ingleses.)
Y cuando las ideas escasean se rellena el capítulo con referencias obvias y forzadas a películas de éxito. Y digo forzadas porque nos obliga a salir del argumento para hacerlas.

En definitiva Los Simpsons eran geniales porque tenían corazón y partían de la realidad, ahora son sólo una amalgama de chistes fáciles llevados por personajes que han perdido toda complejidad.

Por eso, desde aquí pido la cancelación de la serie, porque hoy por primera vez, al oír Simpsons lo primero que se me viene a la mente es humor cutre y sin sentido.

EUTANASIA TELEVISIVA YA!!!


Pero aún así no puedo ser injusto con una serie que me ha enseñado más que todos los profesores escolares juntos. Aunque todos sabemos que ninguna clínica de rehabilitación puede ya curar a Los Simpsons.

Porque esta serie me ha hecho ver cosas y sentir cosas que NO se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia.