Cobra, frente a un montón de villanos de medio pelo y otros de mayor calado.

Cobra, el agente, protegiendo a una mujer modelo, testigo ocular de un crimen, con una espectacular entereza, aquella del cine de acción en el que un héroe brillaba por su deseo de hacer el bien, y en donde la virilidad era una seña de identidad no solo para Sylvester Stallone en este caso, ya que era su película, sino para todos los héroes de acción de los 80 y 90, como Van Damme, Arnie, Chust Norris, Seagal....

Una época en la que un cine limpio, con una historia de acción y suspense simple nos embelesaba, y nos hacía olvidarnos del mundo en dos horas, sumidos en la aventura del bueno contra los malos.

Algo tan sencillo como eso, algo tan irrecuperable, quien volviera al pasado.
Es una gran peli para los auténticos amantes del género. Inolvidable de hecho.