Balls Out (2014) derrocha sabrosa y simple ironía desde su arte hasta sus diálogos. Es una comedia liviana, directa, con la notable capacidad de reírse del propio género en el que se desarrolla. Conjuga el misterioso arte de reírse de un tipo de cine pero al mismo tiempo valerse del mismo para hacer reír: en ese sentido es una película indie muy novedosa y exitosa.

Dirigida con un buen ritmo, Disney (Searching for Sonny, 2011) deja claro que esta no es una película que busque ser la quintaesencia del séptimo arte. Se plantea a sí misma como una película para la TV y no pretende más. Y hoy por hoy esta es una honestidad que se agradece y disfruta dentro del mercadillo de películas independientes, en donde uno encuentra mucha basura con ánimos grandilocuentes.

Es una película que vale mucho la pena si lo que usted busca es pasar un buen rato riendo (notable son, por ejemplo, el par de yonkis que se dedican a relatar/se los partidos). Sin embargo, hay dos puntos bajos que pueden ser para muchos motivo de desprecio. Primero: es de humor demasiado gringo, aunque con tanto Hollywood uno ya está de cierta manera curado. Segundo: el protagonista (Jake Lacy), si bien desarrolla un personaje "creíble", uno queda con la sensación de que se pudo sacar más provecho a un papel tan lleno de sangre conflictiva.

Para ir cerrando: di con esta película por Kate McKinnon (la rubia hot & freak de SNL y Ghostbusters), pero me fuí con mucho más. Pensé sería la típica comedia gringa pasada a sexo gratuito, abuso de drogas y tipos rudos que juegan los típicos deportes gringos... pero me equivoqué: ¡Feliz culpa!