Como suele pasar en la mayoría de las ocasiones, nos encontramos con algo saturada la historia, personajes que ya conocemos, que apenas nos sorprenden y guiones mal elaborados para continuar con la saga...aunque sea un nuevo libro.


Nos presentamos en la tercera entrega y Lisbeth ha perdido toda la fuerza y la magia de su personaje, es una chica débil, con problemas mentales y de personalidad, y para colmo la justicia la quiere juzgar por intentar defenderse cuando su padre la intentó asesinar, si esto aparece de verdad en el libro, me imagino que el autor lleva siglos viviendo fuera de Suecia, porque si hay una policía competente en Europa...es la de Suecia, y sé de lo que hablo que viví allí bastante tiempo.

En fin, que esta tercera parte es un corre corre por demostrar que Lisbeth es inocente y que no es culpable de ninguna de las muertes, sin embargo muchos no lo ven así e irán a por ella sin ton ni son. Creo que ha sido un gran error rodar las tres películas el mismo año, porque esto crea un desánimo tanto en los espectadores, ya que no se nos llega a manifestar el ansia por una nueva entrega, como en los actores, los cuales en esta última parte, se les nota decaidos, y sobreactuados, perdiendo esa frescura de la entrega inicial. Así y todo es recomendable no dejarla atrás, ya que es el final de la saga.

Hay que dejar claro que todo el proceso de busca y elaboración de pruebas para la liberación de Lisbeth llevada a cabo por la hermana abogada de Mikael es maravilloso, se te cierra una ventana...pero se te abre una nueva puerta. La visión del vídeo y las caras de los personajes juzgados, motivo suficiente para ver la peli.

Fantástica la fotografía, una maravilla.