Luego de la sólida ‘Margin Call’ y la en extremo arriesgada ‘All is Lost’, J. C. Chandor presenta su tercer largometraje ambientado en los violentos años 80 en Nueva York, demostrando la versatilidad y buen oficio que ha conseguido.

La historia está ambientada en el año 1981, el más violento en la historia de NY según las estadísticas, Abel Morales (Oscar Isaac) es un hombre de ascendencia latina que intenta consolidar su negocio de gasóleo y al mismo tiempo mantenerse limpio de conciencia siguiendo el que es para él el camino más correcto, aun ante las amenazas de la competencia, la gran violencia y robos que sufre su negocio y el acoso policial.

A su lado está siempre firme su esposa (Jessica Chastain, efectiva como siempre), hija de mafiosos quien casi de manera inconsciente (o no), propone soluciones que no son del total agrado de su marido, juntos intentan comprar un terreno altamente cotizado que los posicionaría muy arriba en su ramo, pero ante las amenazas latentes el banco les niega un préstamos obligándoles a recurrir a otras opciones menos convencionales y mas arriesgadas.

Con una puesta en escena sólida y rigurosa, Chandor explora las entrañas del thriller y del cine negro setentero, con aires del cine gansteril pero con un sabor actual, como una versión en pequeño de un padrino en etapa de formación.

Apuntalado en el gran trabajo de Oscar Isaac y Jessica Chastain, el guión se centra en mostrar la decadente violencia que acosa a un hombre que trata de sobrevivir ante sus propias reglas, tratando siempre de salir impoluto en su cotidiano devenir y salir vivo de cada golpe y desprecio dado por el mundo que le rodea.

Con un destacado trabajo visual a cargo del fotógrafo Bradford Young, el tercer opus de Chandor lo confirma como uno de los directores a seguir, tres películas y las tres sobresalientes. Un director que además de saber llevar a sus actores, ha sabido imponer su propio estilo y su mirada siempre personal.

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