Sabía que no sería la gran cosa, aún asi la vi esperando entretenerme un rato. Tremendo error.

Desde literalmente el minuto 1 ya sabes para dónde va.
La trama, como pasa en muchas obras norteamericanas hoy en día, es accesoria, pasa a segundo plano, lo importante es la agenda política progresista y que cada escena esté cargada de eso. Llega un punto en que es hasta incómodo seguir mirando. La niña rica y de contextura delgada se carga a los malos con puños y astucia, no al nivel de la excelentísima Lara Croft, sino porque el relato dicta que la mujer es fuerte porque sí.
Los hombres protagonistas en la película son tontos (The Rock), machos tóxicos (los enemigos) y homosexuales (el hermano de la prota).
Todo parece sacado de una parodia de South Park, donde se ríen de los esfuerzos de las grandes corporaciones de intentar meternos su agenda hasta por las narices.
Lo único medianamente rescatable es el carisma de The Rock, que ya está envejeciendo y la verdad es que da un poco de pena cuando intenta moverse ágilmente, además de que la química entre él y la protagonista es muy forzada.


En fin, ya nada es lo mismo. Desde hace un tiempo que la elite de Hollywood tomó el camino de la propaganda y el adoctrinamiento y al parecer todo vendrá cargado con lo mismo. Ya dejaron de hacer películas para entretener, ahora el objetivo es otro. El entretenimiento y el disfrute ya no existen.