Convincente historia de espías durmientes. Narra con suficiente artificio las misiones de los protagonistas entremezcladas con sus problemas familiares, sus propios problemas como pareja, y la siempre difícil conciliación con la tapadera. Sin ninguna concesión a almibaradas, cuando tienen que secuestrar, estorsionar o joderle la vida a alguien en favor de la Madre Rusia, lo hacen; y cuando se tienen que cargar a alguien, se lo cargan.

Está muy bien llevado el cruce de personajes y las intenciones de cada uno, de modo tal que parece que al final entre tanto rostro como ofrecen a uno u otro acaban dudando de sí mismos. Se generan así dobles y triples tramas de espionaje que llegan a ser muy complejas y tienen al espectador en un puño.

La pareja protagonista es en sí misma lo mejor de la serie, con una mujer fría como el hielo que hará lo que sea para cumplir su misión, y que nunca ha dudado de quiénes son "lo malos", los estadounidenses, pese a que sus hijos sean plenamente de esa nacionalidad. Y un marido más pragmático que hace lo que tiene que hacer porque las alternativas serían aún peores, pero que ya no está tan convencido de por qué servir a unas ideas y no a otras, metidos como están en un juego en el que los jugadores, como ellos, son prescindibles. La estabilidad de ambos es lo mejor llevado y más interesante de la serie.

También se agradecen los puntos de vista sobre el conflicto, y ciertos detalles, seguramente provenientes del creador, que nos dejan entrever que no había ni buenos ni malos (o que malos eran todos), que en ciertas cosas la URSS tenía razón y EEUU era la agresora, y ciertas reflexiones también sobre la época de la Guerra Fría, en que el trabajo terrible de asesinos como los protagonistas lo que hacían en realidad era evitar una Tercera Guerra mundial, para beneficio de todos. A veces el hilo es muy fino.

Como contrapartida, la inevitable narratividad de la historia, que es imprescindible para entretener con una serie y que tenga continuidad, pero no es creíble que la pareja haga todo lo que hace (parece que son los únicos espías de todo el país y todo se lo encargan a ellos, pero es que si no, no habría serie).

Muy buenos en general protagonistas y secundarios. Keri Russell parece haber encontrado el papel de su vida.

En definitiva, vistas las dos primeras temporadas, una serie bastante recomendable; y si bien la segunda temporada mantiene el pulso narrativo, no es mejor que la primera temporada como he leído en varios sitios. A ver qué nos depara la tercera.