Veo bien que intenten apartarse del estilo de las dos anteriores para explicarnos algo más; o, mejor dicho, explicarnos las cosas desde otro punto de vista. Sin embargo, las dos entregas anteriores tenían buen pulso narrativo y un interesante manejo de los personajes, de sus reacciones y cambios; algo que se hecha muchísimo de menos en un nuevo cubo en el que se les ha borrado "todos" sus recuerdos.
El director ha optado por una estética mezcla entre gore (no lo digo sólo por la sangre, sino también por esas perspectivas deformadas) y el cine fantástico francés más reciente (Jeunet, Caro, Pitof...). En general no molesta demasiado, pero cuando sale el tuerto (sobreactuación al más puro estilo Christopher Lloyd), pierde muchísimo, se va al traste toda la intriga. Por no hablar del ridículo "Soldado Universal" o del ascensor.
El guión tiene muchos fallos. En ningún momento se cree uno la decisión que toma el chico dibujante de meterse en el cubo; por lo menos no de la forma en que sucede.

Lo cierto es que tampoco nos aclaran mucho más de lo que sabíamos al principio los que ya habíamos visto la segunda parte.