El pasado ocho de marzo con motivo internacional del día de la mujer emitieron en la segunda cadena de RTVE la película "Sólo para hombres", la adaptación de Fernando Fernán Gómez de la obra de teatro "Sublime Decisión" de Miguel Mihura, estrenada en 1955. Con esto daban a entender que el argumento principal de la obra es la emancipación de la mujer, es decir, su acceso al mundo laboral, encarnado en Flora Sandoval (Analía Gadé), que pretende entrar de funcionaria en un ministerio, creo que el de Fomento. La película es irónica, satírica, sarcástica y en ocasiones divertida, sobre todo con las salidas de tono del oficial jefe, Justo (Erasmo Pascual), y algunos detalles más, pero muy exagerada: quién se la tome como una crítica verídica a la situación de la mujer limitada al hogar y al matrimonio, yerra gravemente.

Lo malo de exagerar está en que el público se queda ofuscado por lo que a fin de cuentas es una mentira, que es lo que es mayormente el largometraje, para olvidarse de ese punto de verdad. Por supuesto, algo de la situación femenina hay pero como un aspecto secundario. Lo cierto es que las mujeres siempre han trabajado fuera del hogar y para 1895, cuando se ambienta, ya estaban accediendo de forma pujante a puestos de oficina, secretariado y similares, incluida la función público, donde se las acepta desde 1880 en el Cuerpo de Correos y Telégrafos. No se veía mal que la mujer como tal trabajara pero sí que lo hiciera cuando pertenecía a una clase social que no debía. Asistimos al deterioro de una clase burguesa educada y ociosa que aparenta tener posibles, pero que cifra su suerte a un enlace con un hombre con dinero.