Sosa esta "El cadillac rosa", más aún que la compañera de reparto de Clint Eastwood, esta Bernadette Peters, que aunque no la conocía llevaba una larga carrera en el mundo del espectáculo, incluido el cine. Más que mala, que tampoco vamos a decir que sea la película, lo que es en realidad es insulsa, predecible y sin chispa. La mezcla de comedia y acción que con "Duro de Pelar" (1978) y "La Gran Pelea" (1980) consigue salvar los muebles aquí naufraga al quedarse a medio camino de todo. Muy poco humor, acción que escasea y una historia en exceso fragmentada.

Por mi parte prefiero avisar, no de que aparece un desconocido por entonces Jim Carrey actuando en un local de Nevada, sino de este grupo supuestamente neonazi de cuyo nombre no me acuerdo. Lo digo porque se les sigue tachando erróneamente de fascistas cuando son en realidad liberales, o si queréis, ultraliberales. Todo lo que defienden, por ejemplo, el racismo, viene planteándose siglos antes de que apareciera cualquier movimiento fascista. ¿Acaso los fundadores de los Estados Unidos eran ya fascistas? No, eran liberales y creían exactamente lo mismo que éstos.