Al final todo va de poder y de control. No hay lugar para el amor, la ternura y la lealtad en una Roma corrompida hasta la médula donde todo el mundo quiere ascender en la escala social cueste lo que cueste. Donde todo consiste en comerse su parte del pastel y coaccionar al resto.
Me han encantado los tres personajes masculinos; Aureliano, Spadino y Lele.
Tres cachorros que aun no entienden las reglas del juego y quieren ser cazadores sin saber que el poder tiene un precio.
Pletórico final con un Lele probándose el traje de policía. Un policía corrupto, vaya que sorpresa. Esa sonrisa nos lo dice todo.
Y es que la realidad de Suburra no nos es tan lejana ni diferente.
Los cuerpos que debían protegernos abusan de su poder a su antojo a fuerza de oprimir al débil.
Los que debían velar por nuestra seguridad, los que nos hacen promesas que no pueden cumplir se han vuelto egoístas, crueles y codiciosos.
No hay en quien confiar en un mundo donde subir arriba significa pisotear al resto.
Donde el dinero es el verdadero dueño de todo.


¿Porque quien quiere lazos de lealtad incluso en la familia cuando puede aspirar a tenerlo todo?

¿El control absoluto?

La sensación de gobernar sobre si mismo.



Roma no tiene dueño pero ya hay cientos de ojos que la ansían....



Deseando ver que giro tomaran las cosas en la segunda temporada y si aparecerán mas personajes de la película como en esta ocasión lo hace Samurai.