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Spain Spain · Abroad (de momento)
Shinboneniná rating:
7
Comedy Turkish, an unlicensed boxing promoter, is pulled into trouble when he becomes involved in big time criminal Brick Top, who wants him to arrange a fight and fix it. Meanwhile, a diamond theft goes down but the 84 karat stone goes missing. This leads Avi, the boss who was supposed to receive the stone, to come to England to search for it, with the help of his cousin, Doug The Head and Bullet Tooth Tony. As events twist and turn, the two ... [+]
Language of the review:
  • es
February 26, 2009
7 of 8 users found this review helpful
Ni los gitanos parecen gitanos, ni los judíos, judíos, ni los matones, matones. Ladrillo es una suerte de Jack Palance con las gafas del señor Magoo; el Turco parece un chupatintas venido a menos y Brad Pitt se asemeja más a un chulo de discoteca o a un motero que a un gitano boxeador. Si hasta el perro, uno de los mayores aciertos de la película, parece una caricatura de mascota. Aquí, nada es lo que parece, pero no por accidente, sino que cada elemento está planificado al mínimo detalle.

El que algunos denominan "estilo Tarantino" resulta evidente: banda sonora cañera (incluso mejora al amigo Quentin), personajes absurdos, conversaciones ridículas y plagadas de tacos, imágenes repetitivas, montaje sincopado, angulaciones enfáticas, desarrollos paralelos, flashbacks, la omnipresente voz en off de Statham y el inevitable recurso a la violencia, a menudo, gratuita. Sin embargo, la película funciona, no sólo entretiene y es divertida, sino que contiene momentos brillantes. Por encima de cualquier otra cosa, se trata de una comedia grotesca, barroca, exagerada y excesiva. Es el culmen del estilo Ritchie, cuyos rasgos básicos ya se perfilaban en “Lock & Stock”. Ahora el dominio de la puesta en escena es mayor, acorde con el presupuesto, el guión un poco menos fresco, pero más eficaz.

Un tipo de cine que admite muy pocas variantes porque es casi un género en sí mismo. Es lo que tienen los cócteles explosivos: o fascinan o estomagan. De ahí que irrite y obnubile a partes iguales. El problema es que Ritchie no ha seguido progresando como cineasta y ha tratado de exprimir su modelo más de la cuenta. Buena prueba de este agotamiento es su reciente “RocknRolla”, un ejercicio de autocomplacencia bastante poco afortunado. De momento, la versatilidad como director del ex de Madonna brilla por su ausencia, pero hay que reconocer que cuando da en el clavo, es el mejor en lo suyo, superando incluso a Tarantino, cuya principal virtud, que no es poca cosa, radica en haber inaugurado un cine que mezcla la comedia negra de toques surrealistas, con el cine más violento y casposo de la serie B videoclubera, todo ello aderezado con una pizca de cómic.
Shinboneniná
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