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Poland Poland · Terrassa
Taylor rating:
7
Thriller. Action Belfast, 1987. Whippersnapper Martin McGartland (Jim Sturgess) is recruited by English copper ‘Fergus’ (Ben Kingsley) to infiltrate the IRA and act as a ‘tout’, or informer. As McGartland moves up the chain of command, the stakes get higher — and his exit strategy becomes harder to plan.
Language of the review:
  • es
December 16, 2009
37 of 40 users found this review helpful
En agosto de 1995 realicé un completo tour por Irlanda que me llevó a caer rendido ante los acantilados de Moher, la calzada de los gigantes, la música celta, Van Morrison, la cerveza Guinnes y Dublín, una de las capitales más encantadoras de Europa. Pero si una ciudad me impactó, y no precisamente por su atractivo urbanístico o monumental, ésa fue Belfast. Y es que por muchas veces que el cine o la televisión nos la hayan mostrado como una ciudad en pie de guerra -con tanquetas policiales patrullando el asfalto, cámaras en las esquinas y graffitis reivindicativos en esos altos muros coronados por alambradas- palpar esa triste realidad en vivo y en directo es algo que no tiene desperdicio. Quizás por eso, desde entonces, una extraña e irrefrenable atracción me empuja a no perderme ninguna peli que guarde cualquier relación con el conflicto británico-irlandés. Como ésta.

Mis siete estrellitas, sin embargo, no solo responden a esa inestimable predisposición sino también a la innegable evidencia que -como thriller- “50 hombres muertos” es un producto sumamente solvente, eficaz y trepidante. Cualidades, todas ellas, que podemos constatar en una adecuada puesta en escena, en un correctísimo empleo de los recursos dramáticos y en un pulso narrativo tremendamente vigoroso. Pero ahí acaba todo. El planteamiento de Skogland resulta simplista y maniqueo a más no poder y, quizás por ello, “50 hombres muertos” nunca adquirirá el merecido status de otras pelis que han tratado también el conflicto del Ulster (“En el nombre del padre”, “Juego de lágrimas”, “Bloody Sunday”, “Omagh”) y que, obviamente, lo han hecho con mayor credibilidad, sensibilidad y talento.

En fin, lo dicho: como thriller, cojonudo. Un siete. Pero si lo que buscas es una obra comprometida política, social o culturalmente, olvídate. Por mucho que los ingleses pretendan convertir a un pobre conejillo de indias en un mártir de la causa (unionista, of course).
Taylor
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