En pocas palabras, la mejor forma que se me ocurre de definir esta “Brawl in Cell Block 99” es diciendo que es una obra con estética cutre de serie B, pero con un guion de primera. Es, algo así, como la película que Robert Rodríguez lleva años queriendo hacer y nunca le termina de salir, algo de mucha acción y pocos gastos técnicos pero su director y guionista, S. Craig Zahler, tiene lo que a Rodríguez le falta: valor para tomarse la película en serio, rodar lo que tenía en la cabeza sin caer en el esperpento y arriesgarse a que el público sea lo suficientemente maduro para juzgar el fondo y no solo la forma.

Y no digo que la película sea una cutrez infame, pero sí es cierto que a la dirección le falta el mimo – que no el talento- que se ve en una historia sorprendente, con un ritmo altísimo y regular, unos diálogos cautivadores y unos protagonistas seleccionados entre lo más infravalorado del mercado americano. Digo que no le falta talento porque S. Craig Zahler demostró en “Bone Tomahawk” que puede hacer también cine de grandes ocasiones.

“Brawl in Cell Block 99” sorprende desde el principio con una historia brutal y directa y no desacelera hasta el final. Cada giro en la historia es mejor que el anterior y muy trabajado para que los inevitables lugares comunes no parezcan tan comunes. Como las buenas películas, te deja pensando en ella un buen rato (unos cuantos días, incluso). Atentos a este director que lleva dos películas que son dos pelotazos.