Furia para ciegos.... Y, preferiblemente, sordos sin olfato con poco gusto.

De verdad que no me explico como se siguen haciendo truños como éste. Quizá antiguamente cuando el cine costaba 100 pesetas, no había Internet, ni tele por cable, algún incauto pudiera acabar en una sala viendo cosas de esta calaña para evitar mojarse en la calle en una tarde de lluvia. Pero ahora mismo no veo a nadie pagando siete, ocho o nueve euros para que le proyecten una patochada así. Salvo que en América los cines sean baratos, no me imagino gente viendo esto y no acabe liándose a tiros con los taquilleros y el personal de la sala.

Nivel de truño: ñordaco mimosín (llenar la taza del retrete con papel higiénico para que los ñordos caigan en blanco igual que caía el simpático osito en los anuncios sobre la ropa recién lavada). Ingredientes del truño:
• Un guión sólo explicable si al los guionistas de “Buffy Cazavampiros” los han secuestrado, emborrachado, atiborrado de pastillas y puesto una pistola en la cabeza para que escriban 100 páginas de guión en menos de diez minutos. Satánicos, infiernos, demonios y venganza en un intragable despropósito para personas mentalmente sanas.
• No pasa nada si copias alguna escena de alguna otra película regulera, como cuando Nicholas mata a balazos a seis o siete chicanos mientras echa un polvo.
• Un estrella que ande apurada de dinero y no pueda rechazar unos dólares a cambio de caer más bajo (Nicholas Cage), una peluca para Nicholas Cage, una chica guapa con ganas de salir en pantalla haciendo cualquier cosa y dos secundarios a los que se pueda chantajear con fotos comprometedoras para que presten su nombre a los créditos.
• Una música ratonera, irritante, desquiciante que no tengas más remedio que bajar el volumen para evitar daños cerebrales permanentes.
• Una puesta en escena peor que las de Robert Rodríguez. Violencia macarril gratuita, de esa en la que Nicholas mata a seis o siete satánicos en cada pelea. Cada vez que Nicholas dispara mata a alguien (que se lo merece, claro) y cuando le disparan a él, las balas siempre, siempre impactan a escasos centímetros.
• Efectos especiales de segunda mano, usados en “Los cazafantasmas”.
• Frases con empaque, como Nicholas Cage cuando dice: - «Putos adoradores del demonio, me ponen de los nervios» («me tocan los cojones», le falta decir) o como cuando la buenorra dice -«Estoy harta de perder mi vida esperando propinas, iré contigo hasta el fin» a los veinte segundos de conocer a Nicholas, como si ser camarera fuese demasiado poco para ella (que me da que la chica no tiene siete carreras universitarias ni habla cuatro idiomas).

Desde luego no es una película seria. Y como creo que no es proyectable en un cine, tengo mis dudas de que sea una película. Puaj.