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Spain Spain · Madrid
Charles rating:
5
Horror. Thriller An American journalist in Prague searches for his girlfriend who has suddenly disappeared.
Language of the review:
  • es
July 2, 2016
5 of 6 users found this review helpful
La bocina de una ambulancia acompaña los créditos iniciales de esta historia, a la vez que nos interna en las vetustas calles de Praga.
Se trata de un método eficaz de meternos en situación, por el que no reparamos que la bocina pasa a ser la respiración agonizante de un moribundo. No hemos notado ese inquietante detalle hasta mucho después, y de igual manera no notamos los inquietantes detalles ocultos en la ciudad.

'La Corta Noche de las Muñecas de Cristal' no es ninguna maravilla, hay que hacerlo notar.
Pero incluso partiendo de esa base, consigue rescatar algunas ideas interesantes, como es el hecho de que un extranjero en territorio ajeno probablemente se confía demasiado creyendo que conoce por dónde se mueve, y nunca debería ser así.
Dicho extranjero, Gregory Moore, es un periodista estadounidense trabajando en la ciudad, disfrutando de sus encantos y la compañía de su amante Mira, que le llenan de paz y tranquilidad. Sus recorridos tienen algo de cuento de hadas, en parte gracias a la propia ciudad, pero sobre todo por la cualidad que tiene Mira de meterle en una suerte de realidad alternativa donde solo importa su amor y nada más.

Cuando él por fin se decide a llevarla fuera del país es cuando empezarán los problemas: un día Mira desaparece, dejando pertenencias atrás y sin una pista clara de a dónde se podría haber dirigido.
Tan pronto como sucede la ciudad deja de ser un espacio encantado en el que pasar el día y se torna desafiante y oscura, acentuando los recovecos y las malas caras en las que Gregory no se había fijado, aumentando su sensación de extraño en un planeta lejano donde nadie le puede comprender.
Pronto se deja claro que sus compañeros de profesión, que también conciben Praga como un libre patio de juegos, solo se interesan por ellos mismos y nadie más, quizá dando a entender que el único motivo por el que Gregory está atormentado es porque cruzó la fina línea que separa la diversión sin prejuicios del contacto duradero y significativo.

El director Aldo Lado filma calles nocturnas, sin abusar del terror y simplemente desperdigando coletazos de un misterio que se nos escapa, como a ese periodista que ya solo en su apariencia se le nota perdido en su odisea.
Siguiendo las tenues pistas que recibe, Gregory llega al Klub 99, donde le reciben las blanquecinas caras de la tercera edad escuchando música de cámara, símbolo de una generación oculta de la vieja Europa que todavía sigue concentrando su poder, y que de alguna manera está relacionada con las desapariciones de muchachas jóvenes y llenas de vida que querían partir al extranjero como Mira.
Sobresale de fondo cierta perversidad social en forma de seguimiento de las tradiciones: Praga, la vieja Europa, no desea que sus frutos lozanos y bellos se vayan de sus garras, abandonando instituciones que tendrán que morir de antigüedad pero intentan por todos los medios agarrarse a una mortecina longevidad.

El delirio de sectas secretas entregadas a lo sexual y escabroso probablemente es demasiado loco como para tomárselo muy en serio, pero en él asoma cierta verdad que inquieta por su contundencia: la vieja guardia sigue vigilando, cuidando de que sus ruinosas tradiciones sean perpetuas a través de influencias y manipulaciones.
Y esa vieja guardia no entiende jóvenes bellas con ganas de cambiar su vida o periodistas extranjeros tratando de llevarse esas delicadas, únicas, muñecas de cristal.
Charles
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