Todo empieza con una chica que se tapa como puede sus vergüenzas, se produce un despiste que todos hubiéramos cometido, porque la chica está de muy buen ver, y el sospechoso se escapa dejando en evidencia a dos polis veteranos, entre ellos nuestro protagonista, el pobre Madigan. A partir de ahí la película avanza a menudo de manera muy lenta, siempre de la mano de un magistral Widmark, suerte de ello, de no ser así me temo que hubiera sido un desastre. Don Siegel es famoso por firmar títulos de mucha acción, sin embargo en "Brigada homicida" prevalece más el contenido crítico con el sistema policial establecido, se detiene demasiado para describir las miserias de las vidas personales de los personajes y deja escapar hasta el final al peligroso fugado, ofreciendo únicamente una chispa de lo que realmente es capaz.

También aparece Henry Fonda, por lo general poderoso, pero aquí relegado a un papel secundario como comisario, más bien complaciente, como si le hubieran hecho un favor al meterlo en la película. Por pecar de mirón, y por culpa de Fonda, Widmark se ve obligado a subsanar su error, lo pagará en un final lamentable (spoiler), pero antes se da una vuelta y otra en coche con su compañero. Trabajo policial aburrido a menudo, Siegel podría habérselo montado mejor.