Pues vaya, sumamos el efecto Mandela a Eastwood y el éxito está garantizado. Da igual que el guión fuera un churro, porque lo es, la película funcionó porque la tecla que se tocó tiene un nombre propio muy efectivo; Nelson Mandela. Morgan Freeman lo hace fenomenal, las cosas como son, y contar con alguien con el espíritu del dirigente sudafricano puede hacer que cualquier película funcione. Aunque no debería bastar con eso. Mandela fue un tío grande, Eastwood también, pero creo que ver "Invictus" tantos años después puede suponer que la visión objetiva de la distancia no me permita sobrevalorarla como creo que se hizo en su momento.

Hay momentos emotivos, pero se queda lejos. Es como una película de domingo por la tarde, no va a más y se queda lejos de lo que esperaba. Inevitablemente me veo obligado a afirmar que su fama no es justa. Estamos de acuerdo que todo lo que rodeó a Mandela es atractivo y sugestivo, pero no sé, en cuanto al espíritu de superación deportivo pensé que estaría mejor descrito. La película va y viene sin rumbo y al final recurre al efectismo facilón. Para mí, una obra menor de Eastwood.