El título de la película es bastante pretencioso, no nos encontramos ante una descripción de tan importante suceso bélico sino que tomando como contexto esa batalla en Italia se ofrece el desarrollo concreto, vida y muerte, de unos cuantos hombres en los primeros días tras el desembarco aliado en las playas de Anzio. Hay tantos largometrajes sobre la IIª GM que sólo por encontrar uno que se escapa de lo recurrente, ya sólo por eso, supone un buen elogio por mi parte. Además, sale un Mitchum más que correcto, y aunque prácticamente no hay un minuto en el que no aparezca, no es una sobredosis maligna, se lleva bien porque la acción va por delante.

El dramatismo tan inflado como lógico en tantas otras cintas aquí se deja de lado. Si los hombres mueren es porque hay un enemigo que dispara, eso significa que hay maldad y destrucción y eso, precisamente eso, es la esencia que todos suponemos a priori antes de ver cualquier película bélica, ya lo sabemos, y aquí no se hace ostentación de ninguna clase. La historia fluye sin excederse en el drama y eso la hace más diferente.

Así que pese a que no se trata de una película que detalle con precisión los movimientos de aquella decisiva batalla en Italia, no defraudará a los seguidores del género, mientras que los que llegamos por casualidad nos conformamos con ver a un Mitchum al que le va la marcha como a nadie y que llega a la misma conclusión a la que llegaría todo mortal: ninguna guerra valdrá la pena mientras eso suponga la muerte de una persona solamente.