Hay muchas cosas que son inevitables y ante las cuales sólo queda la opción personal de decidir cómo claudicar, tal es el caso de la muerte para los siete nombrados en el título de esta película checoslovaca. Saben que les ha tocado, de manera que para su desdicha enfrentarse a un punto y final de la existencia tan lamentable es la clave y lo más importante en la escasa hora de metraje de la película. Se trata de cinco seres humanos que participan en un atentado contra un alto cargo político y otros dos que también colgarán de la soga por diferentes asesinatos. Hay tiempo para todos, para conocer cómo la condición humana específica de cada uno se plasma en imágenes ante la certeza del final, porque como seres humanos quizás seamos los únicos animales del planeta que vivimos con esa conciencia y llegados a ese punto, todo es probable y comprensible: hay quien llora, quien grita, quien ofrece besos, quien calla...

En lo personal, que se me ponga a tiro una película de los años sesenta checoslovaca, por desconocida que sea, significa también claudicar, aunque en este sentido usar ese verbo supone un acto feliz de mi voluntad. Aunque sea una hora, lo que viene a ser un capítulo de cualquier serie actual de televisión. En este caso es una película con todo lo que ello significa, aunque le pongamos el letrero de mediometraje dada su brevedad. Por lo visto, el argumento proviene de un clásico de la literatura rusa y ni siquiera se ha editado en ningún formato en su país de origen, es decir, llegar a "La balada de los siete ahorcados" es casi un milagro. Por todos es sabido la importancia de la nueva ola checoslovaca, que no sólo afectó al cine, pero como es lo que nos interesa aquí no está de más comentar que seguramente esta película no aparecerá entre las diez mejores en un supuesto ranking consensuado. Poco importará eso, para mí desde luego sí es una de esas mejores películas, sus imágenes no defraudarán a los cinéfilos curiosos (muy curiosos) que lleguen aquí.