Un joven escritor recibe el poder de materializar a la chica de sus sueños escribiendo sobre ella en su maquina de escribir. El joven, retraído y solitario, lleva tiempo viviendo en la soledad y el ostracismo, soñando por días y días con encontrar a una bella fémina que agite su triste vida. Heredero del romanticismo más atosigante (y algo toxico, todo hay que decirlo) tiene en una estima demasiado alta al genero femenino, lo que le lleva a no conseguir una relación estable.
Como iba diciendo, el descubrimiento del poder de hacer realidad a la chica de sus sueños no es algo nuevo, y es un mito explorado multiples veces a lo largo de la historia desde tiempos inmemoriales. El retorno de esta misma historia una y otra vez a través del tiempo tiene que ver con el carácter misterioso y voluble de la feminidad; ese eterno femenino que se resiste a ser descubierto. También tiene que ver con el propio carácter soñador de los que escriben estas historias, idealistas incapaces de aceptar la realidad del mundo y de las personas. Confieso que hay posos en mi de este tipo de caracteres, pero he logrado auparme por encima de mis propias ensoñaciones, que es un poco el camino vital que recorrerá el protagonista de la cinta.