La adaptación de la novela de Dan Brown da sus frutos en esta digna película que, pese a sus parones de explicaciones (la mayoría poco interesantes, tan sólo destacar el análisis del cuadro de La Última Cena), mantiene un ritmo movidito y continuamente en suspense.

Todo está como debe estar, y a pesar de que la mayoría de los giros son predecibles hasta decir basta, he de reconocer que han tenido el gran detalle de dejarse la auténtica sorpresa para el final, con una revelación sorprendente que logra dejarte parado.
Además la banda sonora es de lo mejor de la película.

Tan buena como cabía exigir.