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Spain Spain · Barcelona
Payachu rating:
6
Drama. Comedy Spain 1960, the dawn of the country’s economic development. Industrial “reorganization” means that many workers have lost their jobs and are forced to emigrate. Martín is one of them. Martín, his wife Pilar and their son Pablito live with Martín's parents in a basement apartment that comes with their job as superintendents of the building. Encouraged by Marcos, his friend and co-worker, Martín decides to emigrate to Switzerland. The ... [+]
Language of the review:
  • es
April 17, 2007
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Carlos Iglesias estaba llamado a ser un fenómeno desde hace ya más de diez años, cuando participaba en aquél programa de Pepe Navarro (rey de los batacazos), interpretando a Pepelu, una especie de mariposón pueril. Con la grandísima serie Manos a la obra Carlos Iglesias alcanzó el Olimpo con un personaje chisporroteante y tan real como el dolor de una rampada mañanera, Benito Lopera Perrote. Con sus coletillas y su gesticulación Iglesias influyó en toda una generación de niños gilipollas que lo imitaban en los recreos, y que se engancharon a una serie costumbrista con muchísima ilusión. Esta serie ha vuelto hace poco, pero se han zampado una mierda como un Cronoplasto… Pero no hablaremos ahora de eso. Hablemos de esta irregular pinícula, pero a su vez, virtuosa y enérgica prueba del gran monstruo que es Carlos Iglesias (esperemos que no tenga siempre arañas en su cabellera).
Relata las desventuras de un dúo de españolitos que en la España depresiva de los 60 (69, seguramente) marchan a Suecia o Suiza (no hay quién se aclare con este tema) para currelar y ganarse los garbanzos, y mantener a así sus pobres familias que esperan ilusionados y cuasi cachondos en la miserable España la llegada de los cheques. Allí descubrirán un lugar diferente y mejor, en ideologías, en precios, en gente, en trabajo, en paisajes… Y a un par de macizas suecas que les ponen los dientes largos, y con las que finalmente acaban haciendo marranadas. Luego pasan más cosas, pero qué más da… Es cierto que la peli está edulcorada, más que tu lengua cuando comes gominolas y bebes luego medio vaso de cola (rima), y los topicazos están muy presentes. Pero ¿qué importa? Iglesias es un crac, y más de una vez deja ir alguna palabreja y algún acento que nos recordará a su entrañable y endogámico Benito. Javier Gutiérrez es otro fenómeno, y otro de los factores que nos empujarán a ver este largometraje. Nieves de Medina es una mujer preciosa. Y vaya, que la peli no está tan mal, pero tampoco es como para aplaudir durante un cuarto de hora, tal y como explicó Iglesias que hizo el público del festival Felony sky, o no se cuál, exactamente… Conclusión: se deja ver… Ahora, cuando la veas, que no te distraigan las llanuras suecas, o el pato Donald, en su versión superheróica ¡te meterá un frío lápiz por el culo! Fuera de bromas, Iglesias, no has empezado mal tu carrera como director. Enhorabuena, fenómeno.
Payachu
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