Así es, la banda del bocachueca Stallone está de vuelta y en poco más de una hora y media promete patadas, combos, sangre a destajo y una galería de tiro al blanco donde los malos de turno son castigados con todo el rigor de la ley. En realidad, olviden la palabra ley.

También traducida como ‘Los Mercenarios 2″ justamente en esta segunda entrega de los guerrilleros a sueldo, la tropa de élite encabezada por Silvester Stallone nuevamente la rompe. No presume segundas intenciones, sino que simplemente cumple lo que vas a ver, en una película rápida, digerible fácilmente y a ratos cómica. Sin miramientos sobre la crítica, ya que eso hace rato se ve opacado por los dólares de la taquilla que es lo que finalmente paga los sueldos y las mansiones. El que dirán ya da lo mismo.

Parece que es como un partido donde el equipo ya se tituló campeón o ya está clasificado. Da lo mismo sí jugando bonito o no, el hecho es que sin fijarse en la crítica los protagonistas hacen lo que mejor saben hacer, con tips, homenajes al género y mucha autorreferencia.

Me atrevo a decir que incluso es mejor que la primera, ya que hay personajes más trabajados y menos especulación. Dos cucharadas y a la papa.

Como en algunas sagas, no hay nada para mujeres en esta película. Sería un desatino verla con pareja o amigas, incluso con niños, porque posiblemente ni siquiera nacían cuando alguno de los protagonistas aún aforraba combos en los cines.

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Conclusión:
Público segmentado -solo testosterona-