El feo de “Watchmen” se mete a director y la jugada no le ha salido demasiado bien.
Esta simple historia de un grupo de hombres coaccionados por la mafia para pagar una deuda, no es muy interesante que digamos.
La película parece ser seria, pero luego encontramos algunos momentos en los que se nota un cierto tono de humor negro, que resulta fallido. Ni la banda sonora (horrible), ni los diálogos supuestamente sarcásticos consiguen ni hacer gracia, ni levantar la calidad a la película.
Aprecio una clara inspiración en el cine de Tarantino y Guy Ritchie, pero se ha quedado en el “quiero y no puedo”.
Lo cierto es que no es la dirección lo que falla. De hecho, hasta se atreven con un plano secuencia, que ni es largo ni vistoso, pero que ahí queda.
El verdadero problema es el desarrollo del guion, soso y aburrido.
En cuanto a los actores, John Travolta es muy secundario, pero aparece en el cartel como no podía ser de otra forma. El actor no hace un buen papel, y encima aparece con la cara similar a un muñeco de cera. ¿Se habrá operado de cirugía estética?
Respecto a Michael Pitt, no puedo con él. Solo por su aspecto ya me parece un niño chulo, pero es que le tengo una inquina personal desde que le vi en “Funny games”. Este excremento putrefacto de Michael Haneke me impactó tan profundamente (en un sentido negativo), que Pitt me cae mal desde entonces.
El argumento es flojo, pero si el desarrollo hubiera estado mejor, se podría haber salvado. Lo malo es que los diálogos, como antes he comentado, tratan de emular a Tarantino, sin rozar ni siquiera su calidad. Especialmente patético es el discursito que le echa Haley al negro ese.
Al final del todo, con una serie de giros, tratan de arreglar lo que ya no tiene salvación, pues a esas alturas ya nos importa poco lo que pase. Y eso que es corta, que si no…