La estupenda saga de videojuegos cobra vida en forma de superproducción Disney.
El diseño de producción, ambientación y efectos especiales son muy buenos y nos transportan al exotismo de las ciudades y palacios del imperio persa.
La aventura es de corte clásico, con personajes muy estereotipados, pero no importa. Uno lo que quiere es evadirse con las películas de este tipo, y bien que lo consigue. Tenemos todos los elementos de los videojuegos: Paisajes, palacios, peleas a espada y muchas acrobacias por los tejados y paredes. El príncipe es todo un gimnasta capaz de mil y un malabarismos y movimientos imposibles.
Tampoco faltan las arenas del tiempo con su daga mágica, y la bella princesa de turno.
Quizás será porque los videojuegos me encantan y están relativamente bien llevados a la gran pantalla, pero la verdad es que me he divertido bastante.