Una premisa interesante es la que nos plantea esta historia de ciencia ficción. La sociedad está formada por personas modificadas genéticamente para no envejecer a partir de los 25, pero que si no renuevan su cuota de tiempo (usado como dinero también) al acabar su cuenta atrás implantada en su brazo, mueren sin remedio.
Las situaciones que se plantean en este marco son muy interesantes y originales (partidas de póker apostando tiempo, atracos por tiempo, bancos de tiempo, millonarios en tiempo que viven mejor que nadie...), tal y como Andrew Niccol supo hacer muy bien en Gattaca. Se plantea un mundo fantástico y se desarrolla una buena historia de ciencia ficción.
Pero en esta ocasión, la cosa cojea, y mucho. Al igual que en otras películas basadas en relatos de Philip K. Dick, se debería haber puesto más empeño en la acción y los efectos especiales para terminar con un resultado si no redondo, al menos interesante. Aunque en Gattaca sale airoso porque el guión es muy bueno, aquí se echa de menos más acción, y eso que tenemos al Agente de Tiempo Cillian Murphy pisando los talones a estos fugitivos. El desarrollo es lento y aburre un poco en su tramo final. Aún así, no deja de ser recomendable.