Una cartelería increíble me hizo adentrarme en este film español.
Cuando acaba el metraje siento que he visto una gran interpretación sin sobreactuación de Ricardo Gómez, recuerda por momentos al mejor Pepe Carvalho. Incluso la trama, la forma de narrarlo en tercera persona es diferente para el cine patrio acostumbrado como está a vivir de los réditos pasados.
Pero hete aquí que vuelven a caer una y otra vez en la machacona idea que el espectador es tonto, un cuasi analfabeto al que se debe aleccionar mediante el cine. Señores cuénteme la historia, déjenme analizarla por mi mismo y no me den lecciones mezclando churras con merinas por dios.
El resultado es un cinco cuando podría haber sido un 6/7.
Incluso el final un poco atropellado es bueno, pero ciertas imágenes de alteración política desacreditan el resultado final.