John Krasinski (13 Horas: los Soldados Secretos de Bengasi) vuelve a colocarse detrás de las cámaras para rodar la secuela de la cinta que ya le dio éxito y buenas críticas. En esta ocasión, y a pesar de la pérdida del factor sorpresa que nos muestra en la primera entrega, Krasinski lo vuelve a hacer y nos presenta una película con una atmósfera tensa, de alerta constante y de una intriga casi palpable. Aquí hay menos silencio que en la inicial, y hasta el ruido es una constante debido al salto narrativo que hay entre la primera entrega y esta. Así, la acción ocupa un escalón más de esta escalera llena de peldaños significativos que se van dividiendo en las diferentes sensaciones/géneros que provoca la película: el terror y la intriga ocupan el mayor escalafón, pero la acción gana terreno. También el drama con respecto a la psique de sus protagonistas da un paso al frente. Sensaciones que transmiten casi a la perfección sus protagonistas, que de nuevo están de dulce en sus interpretaciones.

Mencionamos en la primera entrega el peso de la actuación de Emily Blunt (Destino Oculto) como una parte importante y distintiva del film. Un trabajo sublime que no requiere de gritos para causar estragos en el espectador. De nuevo, en esta secuela lo vuelve a lograr con un personaje que se va haciendo cada vez más fuerte según avanzan los minutos en ambas películas. Millicent Simons, a la que mencioné como otra gran sensación del filme original, continúa con su gran progresión (repito que esta chavala es sorda); Noah Jupe (Le Mans ´66) evoluciona su personaje sumido en el miedo y Cillian Murphy (El Viento que Agita la Cebada) nos presenta un atormentado personaje, intenso en el silencio y en su actuación. Todos ellos provocan que Un Lugar Tranquilo 2 sea un viaje lleno de angustia, intriga, terror y supervivencia. Una cinta efectiva y espectacular en su producción, de tomas sobrecogedoras, montaje sonoro y de vídeo exquisitos a los que Krsinski logra dotar de dramatismo y poesía visual de una certeza tan real que casi se puede palpar.

Simplemente es espectacular, como el prólogo, de una incertidumbre asombrosa y una forma de meter al espectador en materia con una facilidad pasmosa. Como ya dije, es una película ideal para sufrir y disfrutarla. Sólamente sus valores de producción ya ofrecen algo estupendo, pero sus interpretaciones terminan de redondear una película con alma, muy de autor a pesar de ser un blockbuster.