Se cae de culo. Ni la de blanco y negro ni la de Al Pacino tienen algo que ver con esto; nada de nada. Esto es una italianada de tomo y lomo, cine de gansters spaghetti con andares chulescos, jugando al billar con camisetas ajustadas y trajes años 70, con un Jack Palance hierático que se pasa toda la película fumando en boquilla en un papel de jefe mafioso que no es el protagonista de la película. Aún así me ha gustado, se deja ver. La historia es más bien mala, pero tiene ritmo, y Al Cliver, verdadero protagonista del film da juego y mamporros en plan Bud Spencer que da gusto. Las peleas están sobre actuadas, con el típico golpe o bofetada con sonido incorporado que nada más oírlo, que puede ser antes o después del mamporro, te entran ganas de ponerte a llorar, pero es lo que había en ese momento. El final es bastante malo, pero sigo insistiendo en que el film se deja ver. No hay grandes actuaciones, más bien pésimas, pero es entretenida y tiene un no se que años setenta que te engancha hasta el final.

Para pasar un rato entretenido sin grandes pretensiones, con un film que se ve sin pena ni gloria, pero que no amarga, con una secuencia magistral como la del timo de la inspección fiscal, lo mejor de toda la película. Seguro que algo si la van a disfrutar.