En mi tierra se dice: “xente nova e leña verde todo é fume”. Es el primer problema de una cinta que se hubiese lucido por sí, -con sus tres actores principales-, sin más barroco en su guión, totalmente excesivo.

Lo de que al morir, en ese tránsito, los recuerdos de tu vida se desarrollan a la velocidad de un pestañeo, como si transcurriese una tira de fotogramas en tu última consciencia, es una forma como cualquier otra de ver las cosas. Pero trillada.

Si nos ponemos en el caso, en esta mundana vida mi anhelo, cuando hablamos del poco cine que se prodiga, es, que me lo cuenten bien. Y no es el caso.

“Tránsito” se da ínfulas de shakesperiana (increible el momento-teatro a calzador); desparrama un guión a priori interesante con el que sin piedad, desacredita su propio márketing y lo que es peor, a sus dos armas de destrucción masiva: Gosling y McGregor. Ambos buenos actores. Aún así..., que se demuestre el oficio también es un reclamo; que no de babas vivimos, por sus caras bonitas.

La tercera en discordia es la que vapulea a los dos chulazos con un gesto; si hace el esfuerzo (que no lo hace). Total, que Naomi Watts es lo poco que vale la cinta e, Ewan McGregor se deprime cada vez que llegan a su lujoso apartamento de New York. Porque ella, no tiene valor para rebajarle la nota a sus alumnos de Bellas Artes -pudieran ser futuros Picassos, se dice-, mientras él, tiene que recurrir a la antigua terapeuta del que parece estar más loco de los tres: una psiquiatra con residencia en Park Avenue.

Aún así, toda idea preconcebida y a partir de esta parida construida con diálogos hechos a medida del figurín canadiense y del arrrogante MacGregor, consiste en, básicamente, engañar.

En realidad a mí me pareció una estafa.

El personaje de Ryan Gosling, sin embargo, -el que me falta del triunvirato-, es más que bienvenido a lo que simula ser un thriller psicológico con todas las de la ley. A la ley de la condescencia y haciéndose el loco, pero en fín...

Es cine pretencioso que se desarrolla hacia lo peor, que es la petulancia.

Así que, destacan, lo dicho, un McGregor (arrebatador en el “El escritor”, la última de Polanski) y Naomi Watts, estupenda actriz como de las pocas que se prodigan delante de una cámara.

Con respecto a Gosling, el tiempo, cuando le caigan unos años más, le hará una buena jugada al chico. Un tipo como él, va para grande y además se dejará de menudencias. Tiene pinta de Di Caprio, ése es su hándicap...