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Poland Poland · Galitzia
Valkiria rating:
8
Thriller French filmmaker Rene Clement presents Alan Delon as a petty criminal on the run from the underground. On the Rivera, he seeks refuge in a flophouse whose soup line is served by Jane Fonda and Lola Albright. The two women move him to a Gothic mansion owned by Albright, a millionaires with a Salvation Army complex. Fonda, her cousin, is hot for him and repeatedly attempts to seduce him while someone is attempting to poison him; and his ... [+]
Language of the review:
  • es
May 6, 2011
16 of 19 users found this review helpful
"Cine negro" combinado con "francés" puede aparentar una fórmula desconcertante o tan tediosa que haga desistir al más crédulo a poco que se le eche un vistazo a la carátula o a la sinopsis de "Los Felinos". Uff... cinema noir..., no. Qué pereza.

No es el caso de la película de Clément, - que propone tres ganchos irresistibles: la elegante Albright, la bellísima Jane Fonda y Delon, el cañón-, y quien, además de imprimir un ritmo transgresor y resolver la trama en un "pin pan pún", se luce en un brillante cosido de planos repletos de estilo y clase, en unión con unos acordes de jazz que ajetrean una historieta con suspense– aunque no hay que tomársela muy en serio-, que se deshace en un abrir y cerrar de ojos, muy alegremente quizás, pero con la sensación de dejarnos un caramelo en la boca. Se dice que lo bueno si breve...

Es lo extraño en su propio género. El cine negro pocas veces resultó tan ligero como en esta exhibición de maestría de Clément en cuyo guión, por cierto, interviene un apenas treintañero Costa Gavras apuntado maneras.

Cuatro personajes, dos mujeres y dos hombres. Cuerdos, ni el primero. A ellos, bribones seductores, -que a todas se llevan al huerto-, no les queda más que maullar piedad porque esta vez, dos sagaces rubias manejan el cotarro, una de cuales, -con cinismo del bueno y todo su desparpajo-, pregunta inocentemente:

-¿Y si fuera un gato?
- Serías un gatito al que le empiezan a asomar las uñas.

Y el señor Don Gato, el que abre latas urdiendo cómo chulear a la felina, se las acaba comiendo todas, por no prestar la debida atención a la minina. Un poquito de su propia medicina.
Valkiria
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