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Kids. Fantasy. Adventure
Mytyl and her brother Tyltyl are peasant children who are led on a quest for the Blue Bird of Happiness by the Queen of Light, who gives them a hat with a magic diamond that allows them to call forth the souls of all things, both living and inanimate. On their journey, they are accompanied by the human personifications of a dog, a cat, water, sugar, bread, milk, and fire. They visit the kingdoms of the past and future and the queendoms ... [+]
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November 9, 2009
13 of 14 users found this review helpful
Film coproducido por EEUU y la URSS en tiempos de la Guerra Fría. Realizado por George Cukor (“My Fair Lady”, 1964), adapta la obra de teatro “L’oisseau blue” (1909), original del autor simbolista belga Maurice Maeterlinck (1862-1949), premio Nobel de literatura (1911). El guión es de Alfred Hayes, Aleksei Kapler y Hugo Whitemore. Se rueda en escenarios interiores de Moscú y San Petersburgo (Leningrado) (URSS) en 1975. Producido por Paul Maslansky para Edward Lewis Production/Fox (EEUU) y Lenfilm (URSS), se estrena el 5-IV-1976 (EEUU).
La acción dramática tiene lugar en un país indeterminado de Europa en un momento no especificado de la Baja Edad Media (siglos XI-XV), de modo similar al que es habitual en los cuentos inmemoriales paneuropeos de las recopilaciones de los hermanos Grimm, Charles Perrault y otros autores. Tyltyl (Lookinland) y Mytyl (Kensit) son dos hermanos (chico y chica) de corta edad (7 y 4 años aproximadamente), hijos de un leñador, que mientras duermen sueñan una historia fantástica. Impresionados por la tristeza de la hija enferma de unos vecinos, deciden emprender un viaje en busca del pájaro azul, símbolo de la felicidad. Visitan numerosos lugares de fantasía, como el castillo de la noche, el jardín de los sueños, el campo de la voluptuosidad, etc. Les acompañan personajes conocidos y entrañables para ellos, como el pan (Pearson), el perro (George), la gata (Tyson), el agua (Gamibalova), la leche (Terekhova), el fuego (Shcherbakov), etc. Se encuentran con personajes desconocidos, como la reina de la luz (Taylor), la noche (Fonda), el padre del tiempo (Morley), la lujuria (Gardner), etc.
El film suma elementos del género fantástico, aventuras, drama, familia, misterio y suspense. Es un remake de la película del mismo título, producida (1940) por Darryl F. Zanuck, realizada por Walter Lang y protagonizada por Shirley Temple. Existen varias versiones previas en cine mudo (1910, 1911, 1918...). En el ámbito de las anécdotas, cabe citar la coproducción americana y soviética, los 4 papeles que interpreta Elizabeth Taylor, la intervención en el papel de Myrtyl de la actriz británica Patsy Kensit a la edad de 8 años y el diseño de vestuario femenino a cargo de la legendaria modista Edith Head.
Se reproduce sin disimulos el formato teatral de la obra original, que desarrolla como una sucesión de cuadros relativamente independientes, provistos de un escaso desarrollo dramático y una tenue línea argumental. Desborda fantasía e imaginación, orientadas hacia el público infantil, destinatario último de la obra. Hace un uso escaso de los efectos especiales. La coreografía es imaginativa, brillante y sobria. El vestuario femenino se adecúa al sentido fantasioso del relato.
La acción dramática tiene lugar en un país indeterminado de Europa en un momento no especificado de la Baja Edad Media (siglos XI-XV), de modo similar al que es habitual en los cuentos inmemoriales paneuropeos de las recopilaciones de los hermanos Grimm, Charles Perrault y otros autores. Tyltyl (Lookinland) y Mytyl (Kensit) son dos hermanos (chico y chica) de corta edad (7 y 4 años aproximadamente), hijos de un leñador, que mientras duermen sueñan una historia fantástica. Impresionados por la tristeza de la hija enferma de unos vecinos, deciden emprender un viaje en busca del pájaro azul, símbolo de la felicidad. Visitan numerosos lugares de fantasía, como el castillo de la noche, el jardín de los sueños, el campo de la voluptuosidad, etc. Les acompañan personajes conocidos y entrañables para ellos, como el pan (Pearson), el perro (George), la gata (Tyson), el agua (Gamibalova), la leche (Terekhova), el fuego (Shcherbakov), etc. Se encuentran con personajes desconocidos, como la reina de la luz (Taylor), la noche (Fonda), el padre del tiempo (Morley), la lujuria (Gardner), etc.
El film suma elementos del género fantástico, aventuras, drama, familia, misterio y suspense. Es un remake de la película del mismo título, producida (1940) por Darryl F. Zanuck, realizada por Walter Lang y protagonizada por Shirley Temple. Existen varias versiones previas en cine mudo (1910, 1911, 1918...). En el ámbito de las anécdotas, cabe citar la coproducción americana y soviética, los 4 papeles que interpreta Elizabeth Taylor, la intervención en el papel de Myrtyl de la actriz británica Patsy Kensit a la edad de 8 años y el diseño de vestuario femenino a cargo de la legendaria modista Edith Head.
Se reproduce sin disimulos el formato teatral de la obra original, que desarrolla como una sucesión de cuadros relativamente independientes, provistos de un escaso desarrollo dramático y una tenue línea argumental. Desborda fantasía e imaginación, orientadas hacia el público infantil, destinatario último de la obra. Hace un uso escaso de los efectos especiales. La coreografía es imaginativa, brillante y sobria. El vestuario femenino se adecúa al sentido fantasioso del relato.
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Spoiler:
Las interpretaciones, a cargo de grandes nombres de la pantalla, son estáticas, rígidas, contenidas y acordes con las formas solemnes y severas que les corresponde representar. La cinta original, de 139 minutos de duración, se reduce en la versión americana a 99 minutos. En el circuito de lasas comerciales obtiene un éxito escaso, que se ve compensado por su reiterada exhibición en televisión.
A diferencia de la gran mayoría de films sobre la felicidad y su búsqueda, formula una propuesta digna, rigurosa y exenta de frivolidad, que invita a la reflexión sobre un tema largamente controvertido, polémico y más complejo de lo que habitualmente se cree. Apunta una solución inusual en cine, que deja planteados numerosos interrogantes, divididos en dos grupos: los derivados de indicaciones negativas (la felicidad no está en los sueños, ni en la voluptuosidad, la lujuria o el placer, ni en la luz que ilumina y da calor, ni en la vida en el bosque encantado...) y los derivados de la definición sólo esbozada y elíptica que presenta de felicidad. ¿Está la felicidad en la inocencia?¿En el servicio a los demás?¿En la satisfacción de las aspiraciones propias?¿En su búsqueda permanente?...
El cuento, original de Materlinck, y su narración aportan el valor de prescindir del acaramelamiento, la melosidad y la falta de rigor, que caracterizan las realizaciones de los cuentos infantiles de Walt Disney y otros autores. Como se ha dado en pocas adaptaciones de cuentos infantiles a la pantalla, prescinde de la animación y se apoya en personajes reales, de carne y hueso, verosímiles y creíbles, cuyo pálpito vital se hace evidente entre el público. Por lo demás, ofrece un cuento moral abierto a la manera de pensar y entender las cosas del espectador, a quien no alecciona, sino que invita a reflexionar.
La banda sonora, de Erwin Kostal y Andrei Retrov, aporta composiciones ligeras, sencillas y descriptivas, pensadas para un público infantil. La fotografía, de Jonas Gritsius y Freddie Young, en color (de luxe), crea imágenes en las que abundan los personajes infantiles, los grupos de niños y niñas, y los magos o maestros que representan la sabiduría y valores simbólicos específicos.
El film no es una obra maestra. Es un trabajo interesante, estimulante, rico en fantasía e imaginación, que puede hacer las delicias del espectador que busca en el cine propuestas enriquecedoras y ensoñadoras.
A diferencia de la gran mayoría de films sobre la felicidad y su búsqueda, formula una propuesta digna, rigurosa y exenta de frivolidad, que invita a la reflexión sobre un tema largamente controvertido, polémico y más complejo de lo que habitualmente se cree. Apunta una solución inusual en cine, que deja planteados numerosos interrogantes, divididos en dos grupos: los derivados de indicaciones negativas (la felicidad no está en los sueños, ni en la voluptuosidad, la lujuria o el placer, ni en la luz que ilumina y da calor, ni en la vida en el bosque encantado...) y los derivados de la definición sólo esbozada y elíptica que presenta de felicidad. ¿Está la felicidad en la inocencia?¿En el servicio a los demás?¿En la satisfacción de las aspiraciones propias?¿En su búsqueda permanente?...
El cuento, original de Materlinck, y su narración aportan el valor de prescindir del acaramelamiento, la melosidad y la falta de rigor, que caracterizan las realizaciones de los cuentos infantiles de Walt Disney y otros autores. Como se ha dado en pocas adaptaciones de cuentos infantiles a la pantalla, prescinde de la animación y se apoya en personajes reales, de carne y hueso, verosímiles y creíbles, cuyo pálpito vital se hace evidente entre el público. Por lo demás, ofrece un cuento moral abierto a la manera de pensar y entender las cosas del espectador, a quien no alecciona, sino que invita a reflexionar.
La banda sonora, de Erwin Kostal y Andrei Retrov, aporta composiciones ligeras, sencillas y descriptivas, pensadas para un público infantil. La fotografía, de Jonas Gritsius y Freddie Young, en color (de luxe), crea imágenes en las que abundan los personajes infantiles, los grupos de niños y niñas, y los magos o maestros que representan la sabiduría y valores simbólicos específicos.
El film no es una obra maestra. Es un trabajo interesante, estimulante, rico en fantasía e imaginación, que puede hacer las delicias del espectador que busca en el cine propuestas enriquecedoras y ensoñadoras.