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Spain Spain · santiago de compostela
berenice rating:
5
Mystery. Comedy Director Billy Wilder adds a new and intriguing twist to the personality of intrepid detective Sherlock Holmes. One thing hasn't changed however: Holmes' crime-solving talents. Holmes and Dr. Watson take on the case of a beautiful woman whose husband has vanished. The investigation proves strange indeed, involving six missing midgets, villainous monks, a Scottish castle, the Loch Ness monster, and covert naval experiments. Can the ... [+]
Language of the review:
  • es
February 23, 2013
11 of 13 users found this review helpful
Desmitificación. Hermosa palabra. Muy apropiada para usar en esta película, como leo en las críticas de tantos usuarios. Significa eliminar los atributos míticos, en este caso los de Sherlock Holmes, ya intocable desde mucho antes de los años setenta del siglo XX. Ignoro por qué el hecho de desmitificar imprime un valor artístico añadido. Además, ¿se desmitifica realmente aquí? Ay, ¡almas de cántaro! ¿Acaso pensábais que el famoso detective tenía en realidad siete hijos, cambiaba pañales y era contable en sus ratos libres? ¿Pensabáis que era conductor de autobús, o que no se duchaba nunca? Eso sí hubiera sido desmitificación. Lo de que se inyecte cocaína, sea desordenado y sexualmente ambiguo no tiene nada de particular, y cualquiera que haya leído los relatos de Conan Doyle pudiera incluso haber llegado a imaginarlo sin demasiado esfuerzo, así como el pudor del escritor para no explicitarlo. Al fin y al cabo, su cualidad verdaderamente mítica, su sagacidad, no queda puesta en entredicho casi en ningún momento.
Tenemos, pues, un matiz levemente humanizador para los dos famosos caballeros; y una intriga soporífera para ellos y para mí, donde las piezas del puzle dejan ver demasiado que las pone, forzadas, un alambicado guionista, (las pistas siempre caen del cielo, como dice otro usuario, y siempre en el momento preciso, abusando de una casualidad de la mala hasta la náusea) . Y todo es servido por un Wilder correctísimo pero sin atisbo de genio, en una realización "a la clásica", bastante teatral en sus medios planos secuencia. ¿Dónde está el riesgo?
Habría que ver ese famoso proyecto inicial, tal como lo concibió Wilder. Mientras tanto, para mi gusto, lo que queda es una película tan pulcra como sosa, sólo animada por la primera media hora, de deliciosa indefinible melancolía. Eso sí, la expresión de desgana y fastidio, durante toda la cinta, de Robert Stephens es perfecta para el tono de desidia general.
Film absolutamente fallido, (que no es lo mismo que "malo"), al menos en la versión que hemos podido ver, de lo que ya se dieron cuenta en el momento de su estreno los tontos críticos y espectadores de entonces.

Como no podía ser de otra manera, los revisionismos que se hicieron a posteriori, cuando Wilder ya disfrutaba del status de clásico intocable, elevaron esta película a los altares. Es una maniobra muy habitual, desde Cahiers du cinema, con todas aquellas películas de grandes directores que habían sido "fallidas" en su momento. De vez en cuando, muy pocas veces, se reparaba una injusticia, (por ejemplo, “Moonfleet”). Con “La vida privada…” podría engañar a mi intelecto, pero no a mi corazón. A pesar de ese violín de Miklos Rozsa.
Además, tiene delito haber dispuesto del inmenso Stanley Holloway y darle sólo dos minutos. Me pregunto cómo hubiera cambiado todo si él hubiera sido Watson en lugar del anodino Blakely.
berenice
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